Ángel Galeana/Chilpancingo
El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, denunció que “el jefe, el famoso Necho” evitó que tomara posesión el nuevo párroco designado en el municipio General Heliodoro Castillo (Tlacotepec), y que el gobierno del estado no actuó pese a que denunció el caso directamente a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda.
El líder católico también opinó sobre los operativos del Ejército y la Guardia Nacional en Quechultenango, los cuales, aseguró, se tratan de una venganza política porque Morena perdió las elecciones en la región y ganó el PRI.
En entrevista en la catedral de Chilapa, Rangel Mendoza informó que ayer se trasladó una comitiva de la Iglesia para dar posesión al nuevo párroco que fue designado para Tlacotepec, Efraín Meza Solís, que, por decisión del Obispo, sustituirá a José Alberto Alarcón Mota, sin embargo, el camino les fue bloqueado y no se les permitió entrar.
El obispo dijo que fue Onésimo Marquina, alias “el Necho”, quien impidió la llegada del nuevo párroco y que fueron narcotraficantes quienes les bloquearon el camino.
“Ayer iba una comitiva, el párroco a tomar posesión de Tlacotepec, pues simplemente el jefe de allá, el famoso Necho, no está de acuerdo que vaya el párroco, ahora el jefe de los narcos se convirtió en obispo, acepta o no acepta a los sacerdotes. Yo mismo le escribí muy temprano a la Gobernadora, que nos ayudara porque iban a tapar el camino en Tres Cruces, me respondió la Gobernadora muy amable: lo comunico inmediatamente con el Secretario de Seguridad, la cosa es que nadie se paró, los narcotraficantes bloquearon y el padre no pudo entrar”, denunció.
Desde el anuncio del cambio de párroco, “el pueblo” de Tlacotepec dijo estar en desacuerdo a través de un comunicado que publicaron en redes sociales, y acusaron al obispo Salvador Rangel de intentar imponerlo. El pasado jueves 17 de febrero, un grupo de aproximadamente 30 feligreses marcharon en Tlacotepec en rechazo al cambio de párroco.
El obispo declaró que la delincuencia organizada se ha apoderado de municipios como Acapulco, Chilpancingo, Iguala y Huitzuco, por lo que consideró que las autoridades de los tres niveles de gobierno, aprovechando la gira de este día del presidente Andrés Manuel López Obrador, deben hacer buenas estrategias, tanto para acciones de seguridad como de desarrollo económico y social.
En ese sentido, dijo que la “parte más tranquila” del estado es desde la comunidad de Petaquillas, en Chilpancingo, hasta Quechultenango, el municipio de Tixtla y la zona hasta la Montaña, la cual es controlada por el grupo delictivo Los Ardillos, y criticó que el gobierno federal haya incursionado con el Ejército y la Guardia Nacional, lo cual consideró como una acción política ante los resultados electorales del pasado mes de junio.
“Me estoy refiriendo a lo que pasó en Quechultenango, si están en paz, es la parte más tranquila, y yo veo cual es la verdad del fondo: en toda esta zona perdió Morena, ganó el PRI, entonces, que no sea un capricho de Félix de querer vengarse de aquellos que no votaron por Morena, tiene que ser un gobierno más abierto”, declaró.
“Lo de Quechultenango para mi es cuestión política, yo viajo por toda la diócesis, para mi es la parte más segura, no hay robos, secuestros, no dejan que se distribuya droga dura, si es una zona en paz ¿para qué van a jalar la cresta al gallo?, hay regiones más necesitadas donde sí se necesita la presencia de la Guardia Nacional y del Ejército, el mismo Chilpancingo hay robos, secuestros, es la capital y no la pueden controlar”, criticó.
El obispo informó que continuará en la Diócesis al menos dos meses más, debido a que no podrá ser sustituido el 11 de abril-cuando vence el término para el cambio-debido a que se realiza la semana santa, y además están en espera de la visita en México del secretario Estado de Vaticano, Pietro Parolin, programada para el 20 de abril, y será en esos días cuando posiblemente se haga el relevo.