Alberto Gómez/Chilpancingo
El obispo emérito, Salvador Rangel Mendoza, informó que el sacerdote Felipe Vélez Jiménez, quien fuera atacado a balazos el pasado 28 de julio en Chilapa, continúa en terapia intensiva luego de ser intervenido en dos cirugías maxilofaciales.
Por separado, el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, indicó que el padre Felipe Vélez continúa sedado a 10 días de los hechos.
Entrevistados en Chilapa, Rangel Mendoza indicó que una de las balas que impactó en el rostro del sacerdote atravesó sus dos pómulos, perjudicando parte de su nariz y de su dentadura, incluso, algunas partes de la bala se fueron hacia su casco cerebral, «pero afortunadamente va reaccionando positivamente».
Por otra parte, González Hernández confió en que el sacerdote pronto podrá recuperar el conocimiento, aunque dijo que, «con la despertada es probable que le puedan resultar hemorragias en su nariz y se pueda ahogar, desesperar o provocar más hemorragias».
Ambos clérigos señalaron que la Fiscalía General del Estado no les ha informado cómo ocurrió el atentado, pero confiaron que pronto lo hará, sin embargo, exhortaron a que se haga una «verdadera» investigación, haya justicia por este caso y por el del asesinato de los dos sacerdotes Germaín e Iván, hace tres años.
El obispo Rangel Mendoza dijo que el ataque no era contra el sacerdote, sino contra la mujer que lo acompañaba, de quien se desconoce públicamente la identidad y el paradero.
«El accidente del padre, la balaceada del padre, para mí que fue algo colateral, algo incidental; no iban contra él las balas sino contra la otra persona», afirmó Monseñor Rangel Mendoza.
Cabe recordar que el pasado 29 de julio, un día después del ataque en contra del padre Felipe Vélez, el vicefiscal de Investigación de la Fiscalía General del Estado, Ramón Celaya Gamboa, informó que el sacerdote iba acompañado de una mujer, a quien la policía ministerial buscaba para que declarara.