Fiesta patronal reúne a Astudillo, Norma Otilia, y los obispos de Chilpancingo

Ángel Galeana/Chilpancingo

La fiesta patronal de San Mateo reunió a líderes políticos y eclesiásticos que en los últimos años han protagonizado discrepancias, declaraciones y videos relacionadas con seguridad pública. En la mesa para compartir pozole y mezcal se sentaron los obispos José de Jesús de Jesús González Hernández y Salvador Rangel, el exgobernador Héctor Astudillo Flores, la alcaldesa Norma Otilia Hernández y su esposo Diego Omar Benigno González, el ex candidato a gobernador Mario Moreno Arcos, el ex alcalde de Chilpancingo Marco Antonio Leyva Mena e, incluso, el exdirector de Comunicación Social en el gobierno de Astudillo Pedro Julio Valdez Vilchis.


Este año no hubo ninguna representación del gobierno estatal, pese a que es una de las fiestas tradicionales más representativas de la capital.


Durante más de una hora los políticos y líderes de la Iglesia compartieron una plática privada en medio de un bullicio de fiesta. Al término del encuentro, el exgobernador Héctor Astudillo declaró que platicaron de muchas cosas, principalmente de historia, “un poquito” de política, pero nada relacionado con seguridad pública.


La reunión es peculiar. El obispo emérito, Salvador Rangel, quien era el titular de la diócesis Chilpancingo-Chilapa durante el gobierno de Héctor Astudillo, propuso públicamente desde su llegada a la representación eclesiástica el diálogo entre delincuentes y autoridades para pacificar el estado. El gobierno de Astudillo siempre se negó a hacerlo en declaraciones públicas.


Sin embargo, en diferentes declaraciones que hizo ante medios de comunicación, Rangel Mendoza acusó que durante el gobierno de Astudillo se permitió la expansión del grupo delictivo Los Tlacos, así como pacto con grupos delictivos.


Salvador Rangel ha señalado que una de las demandas que la Iglesia tiene es la reinstalación de la Subsecretaría de Asuntos Religiosos que desapareció durante la administración de Astudillo Flores.


Igualmente, Salvador Rangel ha acusado que la alcaldesa Norma Otilia Hernández tiene vínculos con el grupo de Los Tlacos, al grado de señalar que la solución para que terminen los problemas de inseguridad en la capital es que se deslinde el gobierno “de los señores de Tlacotepec (…) “El día que la presidenta se desligue de ellos ese día viene la paz”.


El pasado 5 de julio, luego de que se diera a conocer el primer video de la reunión de la alcaldesa Norma Otilia Hernández y su esposo Diego Benigno con el presunto líder del grupo delictivo de Los Ardillos, Celso Ortega, funcionarios del primer círculo de la presidenta municipal confirmaron a Réplica que la reunión era verdadera y acusaron que fue a petición de sacerdotes de los municipios de Chilapa, Chilpancingo y Quechultenango que se realizó el encuentro.


Los sacerdotes de la zona centro están bajo el mando de diócesis Chilpancingo-Chilapa, que actualmente dirige el obispo José de Jesús Hernández quien suplió a Salvador Rangel, quien, al terminar su obispado, fue nombrado obispo emérito, y se le ha visto participando en diversos eventos.

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