Ángel Galeana/Coyuca de Benítez
Un día después de la masacre de 13 policías en la comunidad de El Papayo, elementos del Ejército y de la Policía del Estado instalararon retenes sobre la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo, a la altura del poblado.
Los indicios de la masacre todavía están, hay rastros de sangre y el olor es penetrante. En las paredes hay decenas de hoyos de las balas de alto poder que impactaron.
En la cabecera municipal la policía del estado reforzó la seguridad. Patrullas se instalaron afuera del Ayuntamiento, en donde no hubo labores este martes.
Pese a que el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que había 300 elementos de la Guardia Nacional, en Coyuca de Benítez solo se vieron algunas patrullas en recorridos.
En las calles la vida se realiza normal: los negocios abrieron, el transporte da servicio y las escuelas tuvieron actividades.
«No queda de otra, tiene uno que trabajar la gente para poder comer, tenemos que salir, nosotros vivimos para allá arriba, pero tiene uno que venir a trabajar. Unos que traemos queso, otros traemos cositas para vender, para comprar frijoles.- ¿o sea, no se pueden paralizar?- No pues, ya uno nomás se encomienda a Dios».
Por otro lado, los familiares de los policías sufren una penitencia desde la trade de ayer para que les entreguen sus cuerpos. Horas y horas de trámites tuvieron que pasar para recoger a sus seres queridos del Servicio Médico Forense de Acapulco.
Familiares del policía Rodolfo «N», quien tenía 3 años en la Secretaría de Seguridad Pública, señalaron que no tienen certeza sobre seguros de vida. Acusaron que no han tenido ninguna comunicación con el alcalde de Coyuca de Benítez, Ossiel Pacheco.
«Que él (el alcalde) platique con nosotros, que si tienen seguro o no tienen pues, es lo que queremos saber las madres, las esposas, cómo vamos a quedar (…) Ellos le daban el sueldo mínimo para no tener seguro, ni prestaciones, ni nada, nada más el sueldo que ganaba».
Rodolfo tenía 4 hijos y esposa, todos dependientes económicos de él.
Autoridades del Ayuntamiento confirmaron a Réplica que los policías no tenían seguro de vida. Son alrededor de 170 elementos los que están dados de alta en la dependencia como policías.
Rodolfo tenía 43 años. Tenía 4 hijos de 3, 6, 10, y 14 años, y una esposa. Todos dependían económicamente de él. Su madre ha pasado horas en el Semefo intentado que le den su cuerpo, pero «se vuelven puro trámite».
Hasta las 6 de la tarde de este martes, el gobierno de Coyuca no había avisado a los familiares si les rendirán un homenaje previo a ser sepultados.