El aceite de semilla de granada, un agente natural que previene la demencia y otras enfermedades neurodegenerativas

Euclides Avila Chávez es Químico Farmacéutico Biólogo, Maestro en Ciencias Químicas con especialidad en Bioquímica y Doctor en Ciencias por la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente es Investigador en Ciencias Médicas en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán en la CDMX donde dirige proyectos de investigación enfocados a la regulación de la expresión genética por hormonas esteroides y por prostaglandinas en modelos de tumores de importancia ginecológica como son el cáncer de mama y el cervicouterino. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores y tutor de maestría y doctorado en Ciencias Biológicas y Biomédicas  de la UNAM, docente en la Facultad de Química de la UNAM.

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En comparación con hace 50 años, la esperanza de vida humana ha aumentado, en gran parte gracias a los avances en la medicina. Por otra parte, en este período se ha incrementado la prevalencia de patologías crónicas neurodegenerativas, como las enfermedades de Alzheimer, Parkinson y Huntington, que conllevan una pérdida gradual de la función del sistema nervioso central, resultando en deterioro motor y cognitivo.

El costo anual de las demencias a nivel mundial supera los 800 mil millones de dólares norteamericanos, representando más del 1% del producto interno bruto global. Esto subraya la urgencia de abordar estas condiciones con medidas preventivas y tratamientos en las etapas iniciales, así como la implementación de soluciones y estrategias efectivas para el tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas en fases avanzadas.

Aunque las enfermedades neurodegenerativas tienen diferentes orígenes y manifestaciones, comparten la característica de que los trastornos motores progresivos surgen de alteraciones en la supervivencia y degeneración de las neuronas. En estas enfermedades, las neuronas mueren o pierden su función vital debido a la activación anormal de diversos programas de muerte celular, fallos en la comunicación entre las neuronas, alteraciones en los sistemas de generación de energía celular, presencia de agentes infecciosos de tipo proteínico, aumento de la inflamación, cambios en la respuesta inmunológica, daños celulares oxidativos y desequilibrios en el eje microbiota-intestino-cerebro. Todos estos componentes están estrechamente relacionados e interactúan entre sí durante el proceso neurodegenerativo; sin embargo, en la gran mayoría de los casos se desconocen las causas exactas que desencadenan el proceso. En algunas enfermedades neurodegenerativas se han identificado mutaciones genéticas específicas que se consideran la causa directa de la patología, como es el caso de la enfermedad de Huntington.

Lamentablemente, no hay cura para las enfermedades neurodegenerativas una vez que ocurre la muerte neuronal. Es necesario destacar que existen medicamentos efectivos en las etapas tempranas de las enfermedades neurodegenerativas pero lamentablemente las opciones terapéuticas son muy limitadas en los casos avanzados. En la actualidad se realizan muchos estudios enfocados a mejorar las opciones terapéuticas en las enfermedades neurodegenerativas con nuevos medicamentos, inmunoterapia y aún con terapia génica. También se han realizado muchos esfuerzos para conocer si estas enfermedades pueden ser prevenibles. En este sentido, cierto estilo de vida saludable ayuda a prevenir o disminuir el avance de estas enfermedades debido al efecto protector de los daños neuronales en el cerebro. Entre estos hábitos saludables se encuentra el consumir una dieta equilibrada, tener un sueño reparador, mantener un buen manejo del estrés y practicar ejercicio regularmente. Adicionalmente, se están llevando a cabo estudios para identificar compuestos de productos naturales con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que potencialmente puedan prevenir y frenar la progresión de las enfermedades neurodegenerativas. Uno de estos compuestos naturales es el ácido punícico, un ácido graso poliinsaturado omega 5, también conocido como ácido octadecatrienoico, el cual se encuentra en abundancia en el aceite de las semillas de la granada. Este aceite es considerado un agente nutracéutico, es decir, un producto natural rico en compuestos que tienen un impacto favorable en la nutrición y en la salud.

El ácido punícico presente en el aceite de la semilla de granada es útil en la prevención y tratamiento de enfermedades neurodegenerativas debido a que reduce el daño oxidativo y la inflamación neuronal al producir proteínas benéficas como los receptores activados por proliferadores de peroxisomas y debido a que disminuye la formación de depósitos de beta-amiloide. Adicionalmente, el ácido punícico mejora el metabolismo energético y tiene otros efectos benéficos a nivel del cerebro y de todo el organismo. Sin embargo, su sensibilidad a la luz, al calor y a los agentes oxidantes, junto con su baja solubilidad en agua, limitan su efectividad terapéutica de manera directa. Por fortuna, los avances en la nanotecnología farmacéutica han permitido el diseño de formulaciones en gotas microscópicas que protegen al aceite de semilla de granada, incrementando su absorción efectiva en el intestino y favoreciendo su paso a través de la barrera hematoencefálica, lo cual permite que alcance el cerebro en concentraciones apropiadas para lograr sus efectos terapéuticos.

 Tomando en cuenta lo anteriormente expuesto, podemos considerar al aceite de semilla de granada como un suplemento alimenticio benéfico que puede ayudar a prevenir los efectos del envejecimiento cerebral; sin embargo, es conveniente recalcar que este aceite no es un producto milagroso que cura enfermedades neurodegenerativas en fase avanzada.

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