Melatonina, hormona del sueño y la salud reproductiva

Mayel Chirinos Espin es Licenciada en Biología por la Universidad Simón Bolívar (Caracas, Venezuela) y Doctora en Ciencias por la Universidad Autónoma de Madrid (España). Desde hace más de 20 años se desempeña como investigadora en el Departamento de Biología de la Reproducción del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (CDMX), donde dirige proyectos de investigación relacionados con la fisiología del espermatozoide y la fertilización en humanos. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores y tutora de maestría y doctorado en varios programas de la UNAM y la UAM.

___________________________

La melatonina es una hormona producida principalmente por la glándula pineal y está íntimamente ligada a la exposición luminosa, alcanzando su nivel máximo en el cuerpo durante la noche con el fin de regular el ciclo sueño-vigilia. La suplementación con melatonina es común para tratar casos de insomnio y desórdenes asociados a cambios de horario (jetlag). Al hablar de melatonina y sueño, es importante considerar los efectos nocivos de un descanso inadecuado, el cual se ha relacionado con la aparición de enfermedades como hipertensión, diabetes y obesidad. Sin embargo, la capacidad de inducir el sueño no es el único atributo de esta hormona. Además de regular el sueño, la melatonina posee propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que son fundamentales para combatir el estrés oxidativo que resulta cuando el cuerpo produce más radicales libres de los que puede eliminar, lo cual se vincula con el envejecimiento y diversas enfermedades como cáncer y trastornos neurológicos. Entre los diversos procesos biológicos en los que esta hormona está implicada, se ha investigado su relación con la función reproductiva tanto femenina como masculina.

Varios estudios sugieren que la melatonina puede ofrecer beneficios significativos para mujeres con problemas de fertilidad. Los óvulos se encuentran dentro de unas estructuras llamadas folículos, protegidos del estrés oxidativo por el líquido folicular presente en ellos que contiene altas concentraciones de melatonina (aproximadamente 3 veces más que en la sangre). Durante la fase preovulatoria, la melatonina del líquido folicular se asocia con la producción de progesterona, lo que facilita la luteinización y una ovulación exitosa. Sin embargo, las concentraciones de melatonina en el líquido folicular disminuyen con la edad, favoreciendo el estrés oxidativo que afecta la calidad de los óvulos. Por otra parte, estudios recientes indican que la melatonina también ataca la causa fundamental de la endometriosis, una enfermedad benigna que afecta la fertilidad, abriendo la puerta a su uso como terapia complementaria a los tratamientos existentes para la infertilidad. Igualmente, se ha descrito que esta hormona tiene efectos benéficos en el tratamiento y prevención de otras patologías ginecológicas como el síndrome de ovario poliquístico y los miomas uterinos, gracias a sus propiedades para reducir el estrés oxidativo, la inflamación y los desórdenes hormonales.

Asimismo se han descrito beneficios de la melatonina en la salud reproductiva del hombre. La función normal de los espermatozoides requiere niveles bajos de radicales libres, pero cuando se producen en exceso se alteran las características de la membrana de esta célula que son críticas para mantener su capacidad de fertilizar. La melatonina, presente en el plasma seminal, protege a los espermatozoides del daño oxidativo en las mitocondrias, la fragmentación del ADN, y la peroxidación lipídica de la membrana. Un estudio examinó el impacto de la melatonina en hombres infértiles durante tratamientos de reproducción asistida y observaron que la administración diaria de 6 mg de melatonina durante 45 días mejoró la actividad antioxidante del semen, así como la calidad de los embriones extraídos de sus parejas.

Sin embargo, la producción de melatonina disminuye con la edad, por lo que el cuerpo pierde de forma progresiva sus beneficios. Cuando esto sucede, se debilitan el sistema inmune y los mecanismos de reparación del ADN, lo cual desemboca en mayor riesgo de cáncer. Se ha descrito que los hombres que padecen cáncer de próstata tienen niveles menores de melatonina. Este tipo de cáncer es más frecuente en edades avanzadas, precisamente cuando la producción de melatonina es más baja, por lo su uso como opción terapéutica en estos casos está siendo investigado.

La dosis de melatonina recomendada por los médicos oscila entre 1 y 10 mg por día para ser ingerida en las noches, coincidiendo con el momento de su máxima producción natural en el cuerpo. No obstante, la melatonina es un suplemento y, como cualquier otro, puede interactuar con otros medicamentos, por lo que se recomienda consultar con un médico para determinar la dosis adecuada según las necesidades.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.