Alberto Gómez/Chilpancingo
Más de 30 mujeres que se encuentran privadas de su libertad en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Chilpancingo, iniciaron una huelga de hambre al interior del penal para exigir una reunión con autoridades.
Las reclusas denunciaron que existen diversas demandas que no han sido atendidas por los encargados del penal, incluso, les han cortado las visitas familiares y el trabajo interno para generar recursos económicos.
Vía telefónica, una de las inconformes acusó que las autoridades del Cereso han cortado de manera arbitraria las visitas familiares.
Resaltó que la protesta se da ante la falta de atención y la omisión por parte de los directivos del penal.
«No es un motín, simplemente estamos pidiendo el derecho de audiencia con el encargado de despacho. Queremos que se nos regrese la visita conyugal dos veces por semana, que regresen las visitas normales los días sábados y domingos, que a las mujeres se les permita trabajar porque no hay dinero para poder comer», señaló una de las reclusas.
La protesta se dio al interior del Cereso, por lo que al exterior del penal no se visualiza alguna movilización.