Ángel Galeana
De los 6 grandes cárteles de la droga que reconoce el gobierno de Estados Unidos a través de la Administración de Control de Drogas (DEA) este 2025, 4 operan en Guerrero y están considerado entre los más violentos del país y productores de diversas drogas, soborno a gobiernos y control infraestructura del Estado Mexicano para el trasiego.
La DEA publicó su informe “Evaluación Nacional de la Amenaza de las Drogas 2025”, en el que explica la operación de 6 grandes cárteles distribuidos en todo el país, de los cuales, 4 operan en Guerrero.
Los cárteles que identifica el informe estadounidense son el Cartel de Sinaloa, el Cartel Jalisco Nueva Generación, el Cartel del Noreste, el Cartel de la Familia Michoacana, el Cartel de la Nueva Familia Michoacana y el Cartel del Golfo.
Los cuatro que operan en Guerrero son los de Sinaloa, Cartel Jalisco Nueva Generación, la Familia Michoacana y la Nueva Familia Michoacana; de esta última, se desprenden otras células criminales agrupadas en Cárteles Unidos.
Cartel de Sinaloa (CDS):
La DEA clasifica al Cartel de Sinaloa como uno de los cárteles de la droga más poderosos del mundo y uno de los mayores productores y traficantes de fentanilo y otras drogas ilícitas a los Estados Unidos. Este cartel tiene presencia en prácticamente todo el país, excepto en el estado de Jalisco. En el estado de Guerrero lo define con presencia, pero no con una operación significante como en otras entidades del norte y sur-sureste.

El gobierno estadounidense señala que este cartel utiliza la violencia real o amenazante como el asesinato, la tortura o el secuestro para intimidar a civiles y funcionarios gubernamentales y periodistas. Además, participa en delitos como el lavado de dinero, la extorsión, el robo de petróleo y de recursos naturales, el tráfico de armas, el tráfico de personas, la prostitución y el comercio ilegal de vida silvestre.
Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG):
Este cartel es una de las organizaciones criminales trasnacionales más poderosas, influyentes y despiadadas de México y un proveedor clave de fentanilo a Estados Unidos, según la DEA. El grupo delictivo utiliza sus recursos financieros y su “singular estructura de mando basada en franquicias, su propensión a la violencia y su acceso a funcionarios corruptos para mantener y expandir su influencia.
Se advierte que podría capitalizar el conflicto en Sinaloa entre “Los Chapitos” y “Los Mayos” tomando bando hacia Los Chapitos, alianza que tiene el potencial de expandir sus territorios de control, recursos, poder de fuego y acceso a funcionarios corruptos.
De acuerdo al mapa de operación, el cartel tiene una significativa operación en Guerrero y en al menos otros 18 estados.

El reporte de la DEA indica que es probable que el CJNG esté aumentando su participación en actividades no relacionadas con las drogas, como el robo de gasolina, los esquemas de extorsión, la infiltración en industrias legítimas, la imposición de impuestos al tráfico de personas y la perpetración de esquemas inmobiliarios, incluyendo fraudes de tiempo compartido con fines de lavado de dinero.
La Familia Michoacana (LFM)
El reporte de la DEA indica que La Familia Michoacana es una “organización paraguas” que controla territorios en los estados de Guerrero, Michoacán, Morelos y Estado de México. Esta organización criminal se formó en 2006 para combatir la invasión de Los Zetas a Michoacán. “Desde entonces, LFM ha sido conocida por usar la violencia y tácticas de estilo militar para luchar contra otros grupos delictivos trasnacionales”.
La Familia Michoacana no opera como una organización cohesiva, pero existe como un “conglomerado de varias facciones poderosas” que se encargan de traficar metanfetaminas, fentanilo, cocaína y heroína. Este grupo delictivo controla el puerto de Lázaro Cárdenas, en Michoacán, el cual le es clave para la importación de precursores químicos originarios de China.
Según el reporte, dada la distancia geográfica que existe entre los estados que controla con Estados Unidos, este grupo criminal se “alinea” con organizaciones más grandes para obtener acceso a las rutas de tráfico y los puertos de entrada en la frontera.
En Guerrero tiene una significativa presencia, al igual que en Michoacán y Estado de México. En la Ciudad de México tiene presencia.

La Nueva Familia Michoacana (LNFM)
La Nueva Familia Michoacana tiene significativa operación en el estado de Morelos, pero en estados como Guerrero, Michoacán y México opera bajo células criminales agrupadas en Cárteles Unidos (CU).

Según la DEA, la Nueva Familia Michoacana es la facción más poderosa de la Familia Michoacana. Se especifica en el reporte que ha forjado alianzas con el CJNG, con el Cartel de Sinaloa o el Cartel del Golfo en diferentes momentos para obtener acceso a las rutas de tráfico y puertos de entrada a Estados Unidos.
El reporte indica que este grupo criminal opera múltiples laboratorios clandestinos de metanfetaminas en el estado de Guerrero, produciendo toneladas de droga cada mes. Esta organización es responsable del transporte, importación y distribución de varias toneladas de metanfetaminas, cocaína y heroína a Estados Unidos, utilizando con frecuencia camiones con remolque para el transporte.
Los Cárteles Unidos, según la DEA, son una facción de la Familia Michoacana a partir de alianzas con múltiples grupos criminales para combatir al CJNG en Michoacán. “El territorio de CU se superpone en gran medida con el de La Nueva Familia Michoacana” y tienen como objetivo principal mantener su bastión en Tepalcatepec, Michoacán.
“El bastión de CU en Tepalcatepec es una ruta de narcotráfico estratégicamente importante para el traslado de droga y precursores químicos desde Acapulco, en el estado de Guerrero, y el Puerto de Lázaro Cárdenas, en Michoacán. Los precursores químicos y las drogas que llegan a esas zonas transitan hacia el norte a través del territorio de CU en Michoacán, antes de trasladarse a Guadalajara y finalmente a Estados Unidos, donde los asociados, facilitadores y afiliados de CU, o los de sus organizaciones hermanas, LFM y LNFM, operan en aproximadamente un tercio de los Estados Unidos”.
El informe de la DEA indica que un periodo de 12 meses, que finalizó en octubre del 2024, murieron 84 mil 76 estadounidenses por sobredosis de drogas, “lo que subraya el efecto devastador que estos cárteles tienen en nuestro país”.