Alberto Gómez/Chilpancingo
Cerca de 50 habitantes de las comunidades de Zoyatlán, Capulín Chocolate y Cruz Verde, pertenecientes al municipio de Marquelia, se manifestaron este lunes en el Congreso del Estado para exigir al gobierno federal y estatal ser incluidos en el censo de damnificados por el huracán Erick.
Encabezados por sus comisarios, los inconformes arribaron desde temprana hora a la capital del estado y se plantaron a las afueras de la sede del Poder Legislativo con pancartas en las que denunciaban el abandono de sus comunidades tras el paso del fenómeno natural.
Los pobladores acusaron que, mientras en otras localidades ya se realizaron censos y se entregaron apoyos, sus comunidades no fueron contempladas, a pesar de los severos daños que dejó el huracán.
Señalaron que alrededor de 3 mil familias resultaron afectadas, muchas de ellas perdieron viviendas, cultivos y pertenencias.
“Queremos que nos tomen en cuenta, que no nos excluyan. Nuestras comunidades también fueron dañadas y hasta hoy no hemos recibido ni una despensa”, expresaron los comisarios durante la protesta.
Solicitaron al gobierno estatal apoyos urgentes en especie como despensas, ropa, medicamentos, láminas, colchones y colchonetas, pues aseguran que la mayoría de los damnificados se encuentran en condiciones precarias.
Durante la protesta, personal de la Subsecretaría General de Gobierno se acercó para dialogar con los manifestantes y fungió como enlace con la delegación estatal de la Secretaría del Bienestar, a fin de canalizar sus demandas y gestionar su incorporación al padrón de ayuda.