Abandonan familias El Tejocote tras enfrentamiento entre grupos armados

José Molina/Chilpancingo

Al menos 30 familias han abandonado el poblado de El Tejocote, municipio de Chilpancingo, tras el enfrentamiento entre dos grupos armados registrado la tarde de ayer que provocó miedo entre los habitantes.

Este sábado solo dos familias se quedaron en la comunidad para no dejar su patrimonio, mientras que el resto decidió abandonar sus hogares por temor a nuevos hechos violentos, para proteger a los niños y a las mujeres.

En declaraciones, uno de los pobladores reprochó la falta de seguridad por parte de los tres niveles de gobierno, debido a que este sábado las corporaciones de seguridad subieron durante la mañana y después de una hora se retiraron, dejando a la comunidad sola, por lo que las familias también decidieron abandonar sus viviendas.

Ayer dos grupos delictivos se enfrentaron a balazos por más de cuatro horas entre los cerros y dentro del pueblo, donde incluso se atacaron con explosivos que fueron lanzados desde de drones.

El pueblo se en encuentra en total silencio, solo los animales caminan por las pequeñas calles y sobre la principal quedó una camioneta doble cabina, la cual fue incendiada con armamento dentro. En la batea quedaron los cañones de dos armas largas, cartuchos y varios cargadores que fueron consumidos por el fuego.

Las familias que decidieron salir este sábado subieron a camionetas con algunas pertenecías y salieron con rumbo desconocido, la mayoría con familiares a otras localidades.

La escuela de Educación Inicial del Conafe se encuentra cerrada y presenta varios orificios producidos por las balas en las ventanas y la fachada. En el techado de la cancha también hay marcas de disparos en el techo al igual que en la iglesia.

Los pobladores aseguraron que ninguno de ellos está involucrado con los grupos armados que se enfrentaron, pues aseguraron que de lo contrario no estarían vivos, pero decidieron salir del pueblo por temor y para proteger a sus familias.

Uno de los pobladores aseguró que desde hace más de 10 años dejaron de sembrar amapola, por lo cual no habían tenido episodios de violencia, hasta ayer.

Hoy, dijo, se dedican al cultivo de maíz, aguacate, pera y otras frutas, además de la crianza de truchas.

Tras los hechos los pobladores exigen a los tres niveles de gobierno les brinde seguridad, con presencia policíaca y militar permanente.

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