Renato Mateo Amaya Alvarez es Licenciado en Finanzas y Maestro en Administración. Empresario y Ambientalista.
Chilpancingo, Gro.
Mi abuelo solía decirme “hombre precavido vale por dos, pero ahora vale por tres o cuatro”. Me lo dijo hace 15 años, así que, según mis cálculos, ahora vale por diez. Lo cierto es que los tiempos cambian, y quien no se adapta a las nuevas circunstancias suelen atrasarse o de plano morir.
La política no es inmune a esto, de hecho creo que es de los oficios que más han tenido que adaptarse en los últimos años. Pruebas tenemos de sobra.
Con todo eso en mente y si las circunstancias ya no son las mismas, lo único que puedo preguntarme es: ¿Por qué seguimos pidiendo las mismas cosas a nuestros representantes?, ¿Por qué no les exigimos más?
Seguridad, Empleo y Salud siempre van a ser lo más importante para cualquier persona y eso no cambiará nunca, sin embargo, debemos expandir nuestra visión de largo plazo y comenzar a ver lo que es poco palpable. ¿Qué pasará cuando acabemos con nuestros jaguares en la zona de Petatlán, Tecpan y Atoyac? ¿Qué pasará cuando nos acabemos los manantiales que hoy dan agua a nuestras ciudades? ¿Qué pasará cuando las ballenas que se ven cada vez menos en la Costa dejen de llegar? Se levantarán monumentos, museos y se darán discursos por los caídos. Todo en aras del “progreso”. En ese momento los Vende Patrias que nos han gobernado tendrán que subir al estrado y contestar esas preguntas de los mexicanos y mexicanas, pero al final del día no podremos regresar el tiempo ni resucitar lo que hemos perdido.
Como decía al inicio, debemos adaptar nuestras demandas y acciones si es que no queremos morir en el camino.