Ángel Galeana/Chilpancingo
Los velorios de las personas que mueran por coronavirus en Guerrero podrán estar acompañados por un máximo de 20 personas y tendrán una duración máxima de 4 horas, posteriormente se tendrá que hacer el depósito final del cadáver, de acuerdo con el protocolo de actuación interinstitucional para el manejo de personas fallecidas por sospecha o confirmación de coronavirus.
Dicho protocolo fue publicado en el diario oficial del estado el pasado viernes 24 de abril, en el que se fijan las medidas que tienen que adoptar las instituciones de salud, hospitales funerarias o personas que estén en contacto con cuerpos que estuvieron contagiados por el Covid-19.
“El Titular del Poder Ejecutivo del Estado determinó la necesidad de expedir un Protocolo interinstitucional para el manejo de cadáveres por sospecha o confirmación de CODIV-19, el cual establece las actuaciones de coordinación interinstitucional en el manejo y tratamiento de personas fallecidas por sospecha o confirmación de CODIV-19, para evitar su contagio y propagación, protocolo que sigue estrechamente los lineamientos establecidos por la Secretaria de Salud Federal”, especifica el protocolo.
El protocolo crea la Coordinadora General para el manejo de Personas Fallecidas por Sospecha o Confirmación de Coronavirus, la cual se integra por los titulares de la Secretaría General de Gobierno; la Secretaría de Salud, la Secretaría de Seguridad Pública, la Secretaría de Protección Civil, los y las alcaldes de los 80 municipios y el Consejo Municipal de Ayutla, y de la Coordinación Técnica del Sistema Estatal del Registro Civil.
Esta coordinadora se encargará de verificar el cumplimiento del protocolo, en el que se especifica que las personas fallecidas por Covid deberán ser veladas poco tiempo, y preferentemente incineradas.
En el punto 6 de consideraciones general se especifica que la Coordinadora deberá vigilar que las velaciones de cadáveres por sospecha o confirmación de SARS-CoV2 (COVID-19), se lleven a cabo, estrictamente, con la presencia física de menos de 20 personas, cuya duración no deberá exceder las 4 horas posteriores al deceso.
También deberán recomendar a los familiares que el ataúd de la persona fallecida tendrá que estar cerrado en todo momento, y que tendrán que realizar constantemente medidas higiénico-sanitarias establecidas por las autoridades sanitarias en el espacio que se lleve a cabo.
El protocolo especifica que “la transportación, cremación o inhumación de personas fallecidas se efectuará de manera inmediata y en el menor tiempo posible, con el objetivo de prevenir la exposición innecesaria, y que la disposición final del cadáver será lo más pronto posible, preferiblemente mediante cremación; de no ser posible, se practicará la inhumación en sepultura o bóveda. Si el destino final es entierro este se da en las condiciones habituales. Las cenizas pueden ser objeto de manipulación sin que supongan ningún riesgo”.
El documento se compone de 30 cuartillas en las que se establecen los lineamientos que se deberán realizar por autoridades y sociedad en general que tenga contacto por personas muertas por coronavirus, entre ellas: el levantamiento, tratamiento, traslado y depósito final del cuerpo; manejo de ropa, documentos, y objetos; el caso de las personas no identificadas o identificadas, pero no reclamadas, el manejo de las agencias funerarias, la actuación del Servicio Médico Forense, entro otros.