Carlos Navarrete Romero/ Chilpancingo, Gro.
La alcaldesa de Tixtla, Erika Alcaraz Sosa, manifestó que el cambio a color amarillo en el Semáforo de Riesgo Epidemiológico, pone en «aprietos» al gobierno municipal, pues prevalece la negativa de varios sectores de la población a respetar las medidas sanitarias para evitar la propagación del COVID-19.
A través de una breve publicación en su página de Facebook, Alcaraz Sosa indicó que Tixtla tiene 311 casos acumulados de coronavirus desde que inició la pandemia, además hay 18 sospechosos, 16 muertes y 36 casos activos.
En su publicación recordó que tras el cambio de color en todo Guerrero, el gobierno del estado decretó abrir los espacios públicos y algunos salones de fiestas, bares y discotecas que se encuentren en espacios abiertos o al aire libre.
«Como Cabildo nos ponen en un aprieto (…)
A pesar de todas las acciones emprendidas durante éstos meses, no hemos podido lograr la conciencia y participación de una mayoría que se resiste a cumplir con las normas sanitarias que ha emitido la Secretaría de Salud en sus tres niveles de gobierno, incluyendo el decreto oficial donde señala que por ley el uso de cubrebocas es obligatorio».
Alcaraz Sosa mencionó que esas resistencias las han encontrado en sectores como el comercio, transporte público y población en general. Pese a ello, afirmó que su administración seguirá insistiendo y accionando para combatir el COVID-19.