José Isaid León Rodríguez es licenciado de nutrición y ciencia de los alimentos con maestría en ciencias de la educación. Se ha desempeñado como asesor nutricional del equipo de tercera división profesional Los Avispones de Chilpancingo. Ha sido conferencista a nivel nacional e internacional en temas de nutrición en la infancia y adolescencia, y coordinador del consultorio de nutrición Equilibrato. Nutriólogo capacitador del personal de la Secretaría de Salud en Guerrero, y docente en la Universidad Autónoma de Guadalajara en el área de nutrición del deporte.
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El pasado 30 de noviembre se celebro el día internacional de la lucha contra los trastornos de la conducta alimentaria. Me gustaría hablarles de los 2 trastornos de la conducta alimentaria más comunes en México que son la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa.
Sin lugar a dudas, estas enfermedades han golpeado en una buena medida a nuestros adolescentes a lo largo de todo el país y, en ocasiones, los ha llevado a la muerte. Son enfermedades muy dolorosa para las personas que las experimentan así también muy complicada para los familiares que los acompañan y sufren en carne propia esta pesadilla, ya que estos trastornos de la conducta alimentaria son como una especie de adicción a restringir la comida y a preocuparse por su peso corporal.
En México hay 22 mil casos anuales de trastornos alimenticios, principalmente en jóvenes de entre 13 y 18 años de edad. Destacan la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa como los principales.
Generalmente estos trastornos de alimentación afectan más a las mujeres que a los varones, en proporción de nueve a uno.
Estudios del Instituto Nacional de Psiquiatría indican que 10 por ciento de jóvenes con anorexia y 17 por ciento con bulimia, tuvieron algún intento de suicidio y únicamente 25 por ciento recibió tratamiento especializado.
En los últimos 20 años, la anorexia y bulimia crecieron 300 por ciento en México.
Surge la interrogante: ¿Qué es un trastorno de la conducta alimentaria? Son trastornos mentales que generan un comportamiento patológico frente a la ingesta de alimentos y una obsesión por el control del peso. Está presente en todas las edades sin importar sexo o condición social. La causa de los mismos está relacionada por múltiples factores: psicológico, biológico, sociocultural y familiar.
En ocasiones se suele confundir la anorexia y la bulimia nerviosa, analizaremos los síntomas para ver cuáles son sus diferencias, el diagnóstico es importante para escoger el tratamiento adecuado.
El término anorexia proviene del griego a-/an- (negación) + órexis («apetito», «hambre»; «deseo»), y se emplea, en general, para describir la inapetencia o falta de apetito; pero al añadirle la palabra nerviosa hacemos alusión al trastorno de conducta alimentaria. Lo que distingue a la anorexia nerviosa es el rechazo de la comida por parte del enfermo y el miedo obsesivo a engordar, que puede conducirle a un estado de inanición, es decir, una situación de gran debilidad ocasionada por una ingesta insuficiente de nutrientes esenciales. En casos graves puede desarrollar desnutrición, hambre, amenorrea.
Síntomas:
-Negación a mantener el peso adecuado a la edad y la altura.
-Tendencia a afirmar y a hablar de la propia gordura, aunque se esté delgada.
-Pesarse compulsivamente.
-Seguimiento de dietas prolongadas e autoimpuestas. Se reducen especialmente los alimentos que contienen más grasas, azúcares o calorías.
-Se tiende a preparar los alimentos a la plancha y a comer sin compañía.
-Se disminuye el consumo de líquidos.
-Conductas purgativas como vómitos autoinducidos o abuso de laxantes.
-Práctica compulsiva de ejercicio.
-Distorsión de su imagen corporal. (se ven al espejo con sobre peso u obesidad cuando no lo padecen).
-Aislamiento social. Se tiende a pasar más horas en soledad y se pierde el interés por las actividades familiares, sociales o sentimentales.
-Aumento de las horas de estudio.
La bulimia nerviosa significa hambre de buey o hambre en exceso, la principal característica de este trastorno es que la persona consume grandes volúmenes de comida en poco tiempo (atracones ) y después utiliza algún método purgativo para eliminar las calorías consumidas, como el vómito. Puede utilizar laxantes, diuréticos y también tienen una distorsión de su imagen corporal.
Algunos síntomas son:
-Preocuparse por la forma del cuerpo y el peso
-Vivir con miedo de aumentar de peso
-Repetir episodios de comer cantidades excesivas de alimentos de una sola vez
-Sentir una pérdida de control durante el atracón, como si no pudieras dejar de comer o no pudieras controlar lo que comes
-Forzar el vómito o hacer demasiado ejercicio para no aumentar de peso después de un atracón
-Usar laxantes, diuréticos o enemas después de comer cuando no son necesarios
-Ayunar, restringir las calorías o evitar ciertos alimentos entre atracones
-Usar suplementos dietéticos o productos a base de hierbas en exceso para bajar de peso.
Quienes padecen estos terribles trastornos de alimentación sufren alteraciones a nivel mental y físico, y aunque es posible tratarlas, es necesario que el afectado se someta a un tratamiento médico, nutricional y psicológico que generalmente tiende a ser largo y complejo.
Por otra parte, es importante el apoyo familiar, ya que una de las características de los trastornos es que el paciente no tiene conciencia de su enfermedad y por lo tanto no puede identificar las consecuencias.
Es por ello de vital importancia observar a los adolescentes para que podamos identificar si presentan algún trastorno de conducta alimentaria y, lo más importante, es crear entornos familiares saludables e informar a los jóvenes sobre temas de nutrición para evitar caer en estas enfermedades de la conducta alimentaria.
Recuerda comer sanamente, come Equilibrato, hasta pronto.