Un nutriólogo en cada escuela; también la obesidad es pandemia

José Isaid León Rodríguez es licenciado de nutrición y ciencia de los alimentos con maestría en ciencias de la educación. Se ha desempeñado como asesor nutricional del equipo de tercera división profesional Los Avispones de Chilpancingo. Ha sido conferencista a nivel nacional e internacional en temas de nutrición en la infancia y adolescencia, y coordinador del consultorio de nutrición Equilibrato. Nutriólogo capacitador del personal de la Secretaría de Salud en Guerrero, y docente en la Universidad Autónoma de Guadalajara en el área de nutrición del deporte.

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Es evidente  que lo que hemos vivido en estos casi dos años de pandemia de Covid-19 nos ha dejado una enseñanza muy marcada en temas de salud,desgraciadamente hoy vivimos una normalidad muy diferente y no podemos pensar que el Covid-19 es la única enfermedad que tenemos en el mundo y en la sociedad, ni el ‘único problema que aqueja a la humanidad, desgraciadamente tenemos otro tipo de enfermedades crónico degenerativas  como la obesidad, la diabetes mellitus tipo 2, por mencionar algunas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) cataloga la obesidad como una pandemia de tipo no infeccioso, es decir, que no es contagiosa, pero es una pandemia mundial en toda regla. ¿Cómo no iba a ser así, si cada año mueren en el mundo 2,8 millones de personas a causa de la obesidad o el sobrepeso?

No, no es que el certificado de defunción ponga “causa: obesidad”. Es que la obesidad y el sobrepeso conllevan una serie de enfermedades, es decir, están directamente relacionadas y son provocadas por un exceso de peso. Hablamos de la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial, la apnea del sueño, un fallo hepático, depresión,  un infarto agudo al miocardio, etc.

Además, la OMS considera la obesidad como uno de los principales factores de riesgo en nueve tipos de cáncer: mama, útero, colon, riñón, vesícula biliar, páncreas, recto, esófago y ovario.

Y, por si esto fuera poco, la obesidad es el tercer factor prevenible qué más reduce la calidad de vida. Según la OMS, la obesidad y el sobrepeso disminuyen la esperanza de vida de una persona entre 5 y 20 años.

¿Qué se debe de hacer en los países para poder controlar y calmar este tipo de pandemias de tipo no infecciosa?  Una respuesta clave sería la educación nutricional para combatir este tipo de problemas y el generar políticas publicas que se puedan adaptar al contexto de la población y generen un impacto significativo que muchas veces se podrá observar a largo plazo.

La idea de buscar tener un nutriólogo en cada escuela de nuestro país(México) y en nuestro Estado de Guerrero es una tarea titánica, pero que se puede lograr si se legisla y además se cuente con el apoyo de la Secretaría de Educación.

El objetivo sería generar contenido para niños preescolares (jardín de niños), niños de edad escolar (primaria), adolescentes (secundaria, preparatoria)a través de una asignatura y que se pueda tener esa retroalimentación práctica con ellos guiadas por un profesional de la salud como lo es el “Nutriólogo” pero que tenga esa competencia de poder transmitir y generar cambios significativos en los niños, niñas, adolescentes y que el impacto de estas acciones pueda llegar a generar cambios significativos en su vida personal y sean un emisor a la vez en su ambiente familiar para generar cambios positivos. Esto debería de ocurrir en las instituciones tanto públicas como privadas del país.

Actualmente se cuenta con una asignatura o materia que se llama vida saludable en las escuelas, pero desde mi punto de vista y, con todo respeto, carece de ese impacto necesario,  ya que los maestros de los diferentes niveles son los que brindan estos temas de nutrición, salud, actividad física, además recordemos que no es su formación académica real, incluso, me atrevería a decir que existen muy buenos nutriólogos en el país que tendrían muchos problemas al estar en un aula y tratar de transmitir los conocimientos de nutrición a los niños, niñas y adolescentes. 

Es por ello que se necesita tener una capacitación previa y generar herramientas y competencias necesarias para cubrir las necesidades de cada sector educativo, además otra ventaja de contar con un nutriólogo escolar es que podría hacer un diagnóstico y análisis antropométrico de los alumnos, podría trabajar en las cafeterías escolares y ser un eje preventivo de enfermedades, por otra parte podría generar espacios como huertos escolares prácticos para concientizar sobre la importancia y cuidados de la alimentación, medio ambiente, reducir el desperdicio de los alimentos en los alumnos, y sólo así generar ese impacto y cambio que se pretende con esta idea de “Un Nutriólogo en cada escuela del país” 

Sabemos que esta acción llevaría algo de tiempo poderla evaluar y debe de estar acompañada de otras acciones más de salud y auto reflexión, pero sería un paso significativo como lo han sido otro tipo de políticas públicas como el etiquetado de alimentos.

Recuerdo también que el Senado de la República aprobó reformas a la Ley General de Educación para prohibir la venta de alimentos “chatarra’’ cerca de las escuelas. Anunció también que las cooperativas y cafeterías de las escuelas deben de vender verduras y frutas, sin lugar a dudas todo este tipo de acciones nos pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de los niños, niñas y adolescentes, pero debe de existir algún organismo encargado de vigilar que se cumplan y apliquen este tipo de acciones y políticas públicas de alimentación y nutrición para cuidar la salud de nuestra comunidad.

Recordemos la famosa frase de Hipócrates considerado el padre de la medicina: “Que la comida sea tu alimento  y el alimento, tu medicina”

Recuerda comer sanamente, come Equilibrato, hasta pronto.

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