La ortorexia, la obsesión por comer sano

José Isaid León Rodríguez es licenciado de nutrición y ciencia de los alimentos con maestría en ciencias de la educación. Se ha desempeñado como asesor nutricional del equipo de tercera división profesional Los Avispones de Chilpancingo. Ha sido conferencista a nivel nacional e internacional en temas de nutrición en la infancia y adolescencia, y coordinador del consultorio de nutrición Equilibrato. Nutriólogo capacitador del personal de la Secretaría de Salud en Guerrero, y docente en la Universidad Autónoma de Guadalajara en el área de nutrición del deporte.

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El famoso maratón que varios mexicanos corren, y muchas veces sin saberlo, es el famosísimo “Guadalupe-Reyes” que arranca desde el 12 de diciembre al 6 de enero. Como bien sabemos, diciembre también se caracteriza por ser un mes de excesos, pero ojalá todo fuera sólo en ese mes, la realidad es que los malos hábitos nos acompañan todo el año, se van repitiendo de generación en generación y en muchas ocasiones no logran desaparecer de la vida.

Los pensamientos de remordimiento por todos los excesos de alimentos ingeridos en las fiestas decembrinas son, en algunas personas, una sensación difícil de manejar y los puede llevar a caer en prácticas no tan saludables para mejorar su condición personal.

Existe un trastorno de la conducta alimentaria que se conoce como: “Ortorexia” que Etimológicamente procede del griego orthos (correcto o adecuado) y orexia (alimentación).

La ortorexia es un trastorno de la conducta alimentaria que consiste en la obsesión por la comida sana. Las personas que sufren esta patología se sienten obligadas a seguir una dieta restrictiva que, según los casos, puede excluir la carne, las grasas, los alimentos sin etiquetado nutricional. Estas acciones pueden acarrear carencias nutricionales y alterar la salud mental.

Las personas que presentan ortorexia no sustituyen los alimentos que rechaza por otros que puedan aportarle los mismos complementos nutricionales. Esto se traduce en anemia, carencias de vitaminas, de minerales o falta de energía”.

En la actualidad, esta patología no está recogida en las clasificaciones psiquiátricas oficiales, pero los psiquiatras y psicólogos reconocen su existencia y la tratan en sus consultas, especialmente en las dedicadas a los trastornos alimentarios.

No existen causas que sean claras para desarrollar la ortorexia, pero se ha observado que suele manifestarse en personas con comportamientos obsesivos y muy perfeccionistas.

Este último rasgo es compartido con los sujetos que sufren anorexia, bulimia u otros trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y, de hecho, en algunos casos la ortorexia forma parte de la sintomatología restrictiva de esas patologías.

Psiquiatras y psicólogos observan con frecuencia que la preocupación excesiva por la comida sana tiene que ver, «con un malestar o una dificultad personal que se intenta olvidar u ocultar controlando otros aspectos de la vida». En este caso, a través de la comida.

El síntoma principal que caracteriza a esta enfermedad es la preocupación excesiva por todo lo que se ingiere. Los pacientes invierten un gran número de horas al día planificando y preparando las comidas.

Suelen ser tan estrictos que se sienten culpables cuando lo incumplen y se castigan con dietas y ayunos aún más rígidos. Del mismo modo, eliminan por completo determinados alimentos en su dieta, no sólo carnes y grasas, sino también otras sustancias como el azúcar.

A diferencia de otros trastornos de la alimentación, los ortoréxicos suelen ser personas muy abiertas a la hora de difundir sus reglas de alimentación y no se abstienen en mostrarse orgullosos de ellas frente a otras personas.

Del mismo modo, menosprecian a aquellas que no siguen reglas dietéticas, por lo que el paciente puede verse abocado al aislamiento social.

La ortorexia suele comenzar con hábitos de vida saludables que se convierten en obsesión y puede provocar en los pacientes grandes pérdidas de peso. Además, pueden perder la capacidad de comer intuitivamente, es decir, dejan de saber cuándo tienen hambre o cuándo se encuentran saciados.

Para evitar llegar a la obsesión por la alimentación sana, te recomiendo seguir los siguientes consejos:

• Regirse por la planeación de comidas sanas que incluya la cantidad y variedad de alimentos que el organismo necesita para funcionar correctamente.

• Es importante que se incida en la educación de los niños a través de consejos como el respeto a uno mismo y a los demás y educar con modelos de belleza y conducta no estereotipados.

• Revisar información validada científicamente respecto a temas de nutrición.

• Acudir con un nutriólogo para que recibas una correcta orientación alimentaria y puedas aplicarla en tu vida.

• Disfrutar los alimentos y no contar las calorías.

Recuerda que la alimentación saludable no debe de ser una obsesión, lo mejor es que se vuelva un estilo de vida que cuide nuestra salud.

Recuerda comer sanamente, come Equilibrato, hasta pronto.

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