Obispo envió a otro sacerdote para solucionar conflicto en Tlacotepec

Ángel Galeana/Chilpancingo

El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza informó que ya se solucionó el conflicto en Tlacotepec con la sustitución del párroco, José Alberto Alarcón Mota, quien dijo que se alió con «narcotraficantes» de la zona que le ordenaron no dejar el municipio.

Entrevistado en la catedral de Chilapa, dijo que la problemática se solucionó con el nombramiento Leobardo Cigala como nuevo párroco en Tlacotepec, y a Efraín Meza Solís, quien fue rechazado la semana pasada, lo envío a San José, en Chilapa, a cubrir al padre Cigala.

«Bueno Tlacotepec es un conflicto gratuito que desafortunadamente lo provocó un sacerdote, el padre Mota, abiertamente, que se alió con los narcos de allá arriba y me dijo abiertamente, por eso lo digo públicamente, me ordenaron allá que no dejara, que no abandonará Tlacotepec, fue cuando le dije aquel señor no es tu obispo, tu obispo soy yo», explicó.

Recordó que la semana pasada el padre Efraín fue bloqueado en el poblado de Tres Cruces cuando se dirigía a tomar posesión de la parroquia y dijo que para evitar más problemas decidió hacer nuevos nombramientos, enviando al padre Cigala, quien ya había sido párroco en Tlacotepec y que sí fue aceptado.

Por otro lado, el Obispo se dijo satisfecho del trabajo que ha realizado en la Diócesis, y destacó que en su periodo se relacionó con narcotraficantes y ayudó a mucha gente.

Indicó que desde su nombramiento sabía que venía a Guerrero «a un territorio difícil» y que su trabajo sería señalar «ese ambiente casi de guerra que se vivía».

«De hecho, cada Obispo tiene un escudo episcopal y yo le puse a un Jesucristo bajando de la Cruz pero ofreciendo la paz, y el lema que yo escogí del evangelio de San Juan capítulo 14 que dice: les doy mi paz, entonces, mi tarea esa era, pacificadora», comentó.

«Acuerdense que yo soy un fraile franciscano y de vocación traemos eso sembrar la paz (…) y yo creo que esa fue uno de los grandes logros, relacionarme con los grupos criminales, ayudar a mucha gente y el ejemplo tienes que es aquí en Chilapa cómo cambió, es otro ambiente distinto el de Chilapa», señaló.

A dos meses de dejar la Diócesis, el Obispo dijo que los municipios que la integran están es paz, salvo focos rojos como Chilpancingo, Iguala, Huitzuco y Tetipac, pero aseguró que no es el mismo contexto de hace 6 o 7 años, cuando se registraban asesinatos, «descabezados, secuestrados y un montón de cosas».

Señaló que otros logros durante su estadía es que todos los sacerdotes cuentan con un servicio de salud desde el año pasado, que logró acercamientos con los 158 curas de la Diócesis mejorando la convivencia y que en el 98% de las parroquias se da la catequesis escolarizada a niños.

«Y claro, no he hecho las cosas del todo bien pero yo me voy tranquilo, me voy satisfecho con gran alegría y saber que viene otro gran Obispo mejor que yo, José de Jesús González es un fraile Franciscano, somos amigos, nos conocimos en Tierra Santa, estuvimos casi 6 años allá trabajando y entonces yo pienso que vamos a entregar la diócesis en un buen hombre, que es monseñor Jesús y van a ver, les va a ir mucho mejor con él», indicó.

La fecha tentativa de la salida de Salvador Rangel es alrededor del 20 de abril, la cual están a la espera de confirmación.

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