Enfermedad del Parkinson y nutrición

José Isaid León Rodríguez es licenciado de nutrición y ciencia de los alimentos con maestría en ciencias de la educación. Se ha desempeñado como asesor nutricional del equipo de división profesional Los Avispones de Chilpancingo. Ha sido conferencista a nivel nacional e internacional en temas de nutrición en la infancia y adolescencia, y coordinador del consultorio de nutrición Equilibrato. Nutriólogo capacitador del personal de la Secretaría de Salud en Guerrero, y docente en la Universidad Autónoma de Guadalajara en el área de nutrición del deporte

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La enfermedad de Parkinson (EP) es una enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza por la pérdida de neuronas dopaminérgicas y por un déficit de dopamina. La sintomatología asociada a la EP es diversa. Las manifestaciones clínicas de los pacientes incluyen síntomas motores y no motores. Uno de los síntomas no motores es la pérdida de peso y un alto riesgo de desnutrición. Es importante la consulta de neurología respecto al diagnóstico, tratamiento nutricional y seguimiento de los pacientes con EP.

A nivel mundial, se calcula que cuatro o cinco millones de personas mayores de 50 años puedan padecer esta enfermedad.

La EP es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en personas mayores de 50 años. No existen cifras exactas de pacientes de Parkinson en México, sin embargo, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía estima una prevalencia de 50 casos nuevos por cada 100 mil habitantes al año.

Los síntomas típicos de los pacientes son:

  • Temblor de reposo: frecuentemente es el síntoma inicial, comienza en una extremidad y después se generaliza en todo el cuerpo.
  • Rigidez de músculos: es otra de las primeras manifestaciones que se presentan. Los músculos están rígidos y poco flexibles.
  • Lentitud de movimientos: los movimientos se hacen muy lentos, ocasionando que la persona se tarde el doble de tiempo o más en realizar actividades de la vida diaria, por sencillas que éstas sean.
  • Otros síntomas que se pueden presentar son: trastornos de la marcha, trastornos del equilibrio, sialorrea (exceso de saliva), inexpresividad facial, habla lenta y depresión.

El tratamiento para personas con esta enfermedad debe ser integral y multidisciplinario, incluyendo rehabilitación física, apoyo emocional y una adecuada alimentación.

Recomendaciones nutricionales:

– La suplementación con vitamina D (en la dieta, mediante alimentos enriquecidos, complementos alimenticios o medicamentos) ayuda a la prevención de fracturas en pacientes con EP que no tienen la ingesta suficiente, o se encuentran en déficit de exposición solar, o tienen mayor demanda.

– Si se requiere un suplemento adicional con vitamina D en personas con EP, se recomienda asociar calcio, siempre y cuando se realice ejercicio físico o no estén cubiertas las necesidades de calcio diario con la dieta.

– Se recomienda que las personas afectadas por la EP y que tengan sobrepeso u obesidad realicen ejercicio moderado, reciban una alimentación saludable y desarrollen un estilo de vida que contribuya a disminuir la carga de esta enfermedad crónica y de comorbilidades asociadas.

-Se recomienda tomar la levodopa (medicamento), como mínimo, 30 minutos antes de las comidas. Si la persona con Parkinson necesita tomar el medicamento con algún alimento, puede consumir alimentos sin proteínas, como son frutas, jugos, verduras, etc. Esto permite la rápida absorción del medicamento, antes de que los alimentos altos en proteínas puedan interferir con los transportadores .

-Vigilar la consistencias de los alimentos ayudará a mejorar la nutrición de los pacientes, se aconsejan texturas blandas y purés o dieta blanda según el caso.

Recuerda comer sanamente, come Equilibrato, hasta pronto.

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