Loraine Ledón Llanes es Licenciada en Psicología por la Universidad de La Habana (UH), Maestra en Género, Sexualidad y Salud Reproductiva por la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Especialista en Terapia de Pareja por el Centro Integral de Sexualidad y Educación Sexual (CISES) y Doctora en Ciencias por la UH. Es Investigadora en Ciencias Médicas del Departamento de Biología de la Reproducción del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ) en la Ciudad de México, donde desarrolla proyectos de investigación relacionados con la salud sexual y reproductiva de poblaciones con diferentes enfermedades crónicas, desde un enfoque biopsicosocial y de género. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores y tutora de tesis de la especialidad de Biología de la Reproducción en el INCMNSZ.
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La planificación familiar es un área muy importante de la salud sexual, es parte de la salud integral y también es un derecho humano. La expresión de este derecho se relaciona de manera específica con la disponibilidad de servicios de salud que informen, eduquen y provean de métodos anticonceptivos (MAC) adecuados, efectivos y fundamentados en los avances de la ciencia.
Sin embargo, en muchas ocasiones no es suficiente contar con dichos servicios para hacer un uso apropiado de los MAC y, con ello, planificar de manera libre y responsable si se desea o no tener hijas e hijos, así como su número y espaciamiento. Existen “barreras”, o dicho de otro modo, algunos factores que pueden limitar la toma de decisiones respecto al uso de los MAC.
Las teorías desde los modelos de creencias en salud definen una “barrera” como las percepciones que tenemos las personas respecto a la existencia de obstáculos, dificultades o complicaciones para hacer uso de los MAC. Estas percepciones pueden relacionarse con los métodos en general o con algún método en específico, pueden expresarse en diferentes ámbitos (personal, interpersonal, organizativo), o vincularse con determinados aspectos de los métodos, tales como el acceso a los mismos, su aceptación, su uso correcto, y la atención de salud que demanda.
Muchas de las barreras para el uso de los MAC se vinculan con las creencias, las cuales frecuentemente están influidas por la cultura a la que pertenecemos, pero también pueden reflejar insuficiente conocimiento. Algunas de dichas creencias pueden ser, por ejemplo, las siguientes: “la primera relación sexual no embaraza”, “no tiene sentido usar MAC si no se tiene pareja estable”, “el uso de MAC hace que se pierda la ‘naturalidad’ de los encuentros sexuales”, “el hombre que usa algún MAC pierde su ‘virilidad’”, “los métodos hormonales hacen a las mujeres menos atractivas”, “el dispositivo intrauterino (DIU) provoca infertilidad”, “el condón disminuye el placer y la satisfacción sexual”, “la persona que le pide a su pareja que use condón es porque no confía de ella”.
Ninguna de estas aseveraciones tiene un fundamento científico. Ello significa que son consecuencia de herencias culturales, familiares y/o generacionales, o el producto de interpretar de manera individual algunas situaciones y experiencias vividas, y no el resultado de la ciencia entendida como método sistemático y riguroso de aproximación a la realidad que aporta un conjunto de conocimientos comprobables. Es decir, dichas creencias no están basadas en evidencia científica, lo cual favorece el desconocimiento de los beneficios de los MAC, su uso inapropiado, y trae como resultado efectos indeseados sobre la salud, que se profundicen las inequidades de género y que se limite el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos.
Por ello es muy importante identificar cuándo algunas creencias se convierten en barreras para el uso de los MAC. Ello permitirá buscar espacios donde obtener la información e, idealmente, la educación apropiada, en principio basada en el conocimiento de la existencia de los métodos, su diversidad y desarrollo actual con base al desarrollo de la ciencia, su uso individualizado para cada persona y pareja, y así promover el ejercicio efectivo del derecho a la planificación familiar de manera que se tomen decisiones libres y responsables.
En este proceso, los medios de comunicación, la educación sexual y la disponibilidad de los MAC son factores fundamentales. En el ámbito de la atención de salud, las usuarias y los usuarios de MAC deben expresar sus necesidades, preferencias y creencias sobre los métodos, para que las y los profesionales de la salud puedan identificar posibles barreras y realizar acciones educativas que favorezcan la efectividad y adherencia a los MAC, desde un enfoque de calidad de vida.
Algunas informaciones que el personal de la salud debe explorar en aras de realizar las recomendaciones más efectivas son: las características sociodemográficas (por ejemplo, edad, escolaridad, estatus socio-económico, religión, experiencia de embarazo, hijos/as), de salud (antecedentes personales y familiares, padecimiento de enfermedades actuales, tratamientos médicos), psicosociales (conocimientos, actitudes, el sentido de auto-eficacia respecto a los MAC, la vinculación con redes sociales como la familia y la comunidad), y algunas características relacionadas con la vida sexual (creencias sobre sexualidad, frecuencia sexual, situación de pareja).
La exploración de estas informaciones se debe realizar por las y los profesionales de la salud de una manera sensible, cuidadosa, garantizando la confidencialidad de la información compartida, sin realizar juicios de valor, y expresando máximo respeto por los valores y creencias de las usuarias y usuarios. Es decir, con absoluta garantía de los cuidados éticos durante la atención de salud.
En resumen, para favorecer el uso apropiado de los MAC, se debe brindar una atención de salud integral, personalizada y orientada a promover el bienestar de los individuos, las parejas y la comunidad, tomando en consideración sus creencias respecto a los MAC y su potencialidad para convertirse en barreras para su uso.
Dra. Loraine Ledón Llanes,
Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, CDMX.
loraineaitana@gmail.com.