Alina Navarrete Fernández/Chilpancingo
A las 00:10 horas de este viernes, María fue ingresada a la Clínica del ISSSTE de Chilpancingo, su esposo Julio la llevó de urgencia luego de que ella comenzará a sangrar. Estaba por cumplir 10 semanas de embarazo, sin embargo, tuvo un aborto espontáneo.
La atención médica fue lenta, poco profesional y con nada de empatía, cuenta Julio en entrevista frente al acceso principal del hospital, donde no le permitieron ver a María. El personal médico se limitaba a responderle «está bien, no se preocupe con total indiferencia”, cada vez que él preguntaba por su esposa.
«¿Cómo no me voy a preocupar?», expresó frustrado ante la actitud de los médicos. Casi 12 horas después de su ingreso, a María le realizaron un ultrasonido que indicó que aún tenía restos del embrión en su útero, por lo que era necesario practicarle un legrado.
Sin embargo, la intervención quirúrgica no se realizó de inmediato debido a falta de personal. No había un anestesiólogo que acudiera para atender a María, tampoco le dieron alguna explicación de por qué no podía acudir de inmediato.
«Nosotros no habíamos podido tener hijos y su embarazo era de alto riesgo, ella (María) tiene 40 años. Todavía tiene restos (del feto) y nadie hace nada, me preocupa que entre más pasa el tiempo más probable es que desarrolle alguna infección o que empeore», expresó.
Julio dice que observa poco personal, por lo que cree que la deficiencia en la atención se debe a que hay médicos que están de vacaciones por el periodo de Semana Santa. No obstante, considera que ésta no debe ser una justificación para el maltrato que él y su esposa han recibido.
«Nosotros somos derechohabientes del ISSSTE, pagamos por el servicio y no es justo que se comporten así», dijo. El matrimonio de docentes vive en Tixtla, pero se encontraban en Chilpancingo de visita, con la familia de María, por lo que no fue complicado llevarla a la clínica, los problemas surgieron ahí.
«Ya perdimos a la criatura, me preocupa que al rato me la entreguen muerta (a María)», señaló Julio desesperado, por lo que responsabilizó a los directivos y al personal de la clínica del ISSSTE de lo que le suceda a su esposa.
A las 17:30 horas, Julio informó que María ya había sido atendida, pero sostuvo su declaración para evidenciar las deficiencias en la Clínica del ISSSTE de Chilpancingo. «Si nosotros que hablamos español nos enfrentamos a esto, no me quiero imaginar lo que le hacen a las personas que vienen de comunidades indígenas», concluyó.
Nota: los nombres fueron cambiados, por seguridad, a petición de la familia.