Berenice y Maricela, mujeres indígenas de Chilapa que buscan una oportunidad como jornaleras en EE.UU.

Alberto Gómez/Chilpancingo

Berenice, mujer indígena de Chilapa, busca uno de los 20 espacios de trabajo que ofrece la empresa Lipmam para que mexicanos emigren de manera legal a campos de Estados Unidos a cortar y empaquetar jitomate.

Es originaria de la comunidad de Atempa, del municipio de Chilapa de Álvarez, en la región centro de Guerrero. A sus 30 años y con tres hijos, busca mejores condiciones de vida en los campos estadounidenses pero de forma legal a través del programa «Movilidad laboral», del Sistema Nacional del Empleo, que recluta a jornaleros a través de la Secretaría del Trabajo.

Lipman ofrece 120 plazas de trabajo a jornaleros, pero solo 20 son para mujeres. Berenice está peleando por uno de esos lugares como una oportunidad de mejorar las condiciones de vida de ella y sus hijos.

Bere es hija de una familia de agricultores. Como miles de indígenas de Guerrero ya ha sido jornalera en los campos del norte del país, como en Guasave, Sinaloa, pero nunca ha cruzado la frontera mexicana.

Trabajar en Estados Unidos con un sueldo fijo y de forma legal representa una oportunidad de tener ingresos que en su comunidad nunca tendría, tampoco en los ranchos de México.

«Es una buena oferta porque pues es para los Estados Unidos y además es contratado, no nos iríamos ilegal, entonces pues yo creo que es una buena oportunidad para salir adelante, sacar adelante a la familia», consideró.

Bere inició como jornalera agrícola desde que tenía 15 años. Siendo adolescente aprendió que migrar es la única opción para tener mejores ingresos en una comunidad como Atempa, en donde las oportunidades son pocas, por no decir que nulas.

Ya casada y con sus 3 hijos continuó trabajando en los estados del norte cortando jitomate, pero en esta ocasión viajaría sola a Florida, Virginia o a Carolina del Sur, que son las 3 opciones que ofrece la empresa en Estados Unidos por periodos de 3 a 10 meses.

Maricela, originaria de Acalco, también del municipio de Chilapa, es otra de las mujeres que busca uno de los 20 espacios para migrar a Estados Unidos como jornalera.

Su situación de pobreza es similar a la de Bere, pero ella es madre soltera y ha trabajado prácticamente toda su vida.

Su padre murió desde que era niña. A los 7 años le tocó iniciar su vida laboral entre los campos de Sonora y Sinaloa acompañado a su madre. Hoy, a sus 27 años tendría una oportunidad para mejorar, aunque sea un poco, las condiciones de vida para ella y su hijo de 11 años de edad, que se quedaría bajo el cuidado de su abuela.

«Siento triste pues, pero necesito darle una vida mejor a él, porque nosotros no tuvimos la oportunidad de estudiar, como nosotros crecimos así solas, mi papá falleció, mi mamá nos sacó adelante».

De las 20 plazas de trabajo ofertadas para mujeres, el 90 por ciento serán contratadas para empacar y 10 por ciento para el corte de jitomate.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.