Alberto Gómez/Chilpancingo
El transporte público en Chilpancingo comenzó a reactivarse de manera gradual tras los ataques registrados contra transportistas y comerciantes en el mercado central Baltazar R. Leyva Mancilla.
Elementos de la Guardia Nacional mantienen filtros de seguridad en los accesos y salidas de la central de abastos, además de resguardar la base de urvans que cubren las rutas hacia Colotlipa, Zumpango, Petaquillas y las Águilas Doradas.
Al interior del mercado, la actividad comercial también se normalizó, con la presencia de clientes que acudieron a realizar sus compras, mientras agentes federales recorren los pasillos para brindar confianza a los locatarios.
Sin embargo, pese al despliegue de seguridad de los tres niveles de gobierno, las escuelas de nivel básico, medio superior y superior suspendieron por segundo día consecutivo sus clases. El ayuntamiento de Chilpancingo también mantuvo cerradas sus oficinas.
Las rutas que siguen totalmente en paro son las que circulan en las comunidades del circuito de Río Azul y del Valle del Ocotito, quienes ayer suspendieron tras la quema de una urvan de la ruta Chilpancingo-Chilapa.
En las calles hay poca movilidad, por lo que las pocas urvans que empiezan a circular no se ven rebasadas por la demanda de usuarios.
El operativo de vigilancia abarca las principales calles, avenidas y colonias identificadas como puntos de riesgo, en un intento por contener la ola de violencia que en los últimos días dejó cuatro unidades del transporte público incendiadas y el asesinato de dos comerciantes de pollo.