Chilpancingo. 13-Abril-2019.
Por: Ángel Galeana.
Este es Chilpancingo, en donde en la misma esquina preparan tacos al pastor o hacen la diligencia ministerial de un asesinato. En donde la muerte es como un espectáculo que igual presencian ancianos que niños.
Todos caminan hacia el lugar donde quedó el cuerpo tendido, pero los detiene la cinta amarilla que usan los policías para delimitar las escenas del crimen. Desde ahí buscan el mejor lugar para ver a quién mataron, cómo quedó o si lo conocían. También para ver el trabajo que hacen los peritos a la hora de registrar la evidencia.
Es una ciudad en donde la muerte parece tan normal que lo que sorprende no es el asesinato, sino el lugar. Al señor Alejandro González Higareda lo asesinaron a sus 59 años, enfrente de la Secretaría de Seguridad Pública municipal.
En primera fila dos niños -que no rebasan los 10 años- observan el cuerpo inerte del señor Alejandro. Su cabeza fue cubierta con una manta azul para disminuir lo grotesco de la escena y ocultar la sangre seca sobre el pavimento.
-¿De qué platican los niños frente un muerto? De futbol.
-¿De qué juegas?- pregunta uno al otro.
-De delantero- le contesta a su compañero mientras peritos recaban las pruebas del homicidio.
Alejandro González acababa de salir de barandillas, en donde estuvo preso por alterar el orden público el viernes. Su esposa pagó la multa. Cuando salió y cruzaba la avenida un homre solitario lo mató y después huyó.
“La guardia escuchó unos disparos, ven una persona armada y repelen la agresión, simplemente ven que hay una persona que sale corriendo con un arma y uno de ellos inicia una persecución. Alcanza a ver que se suben a vehículo tipo Jetta color rojo, y emprende la huida”, declaró minutos después el Secretario de Seguridad Pública del municipio, Edgar Pérez Burciaga.
El cuerpo fue reconocido por la esposa, quien estaba a metros del cadáver siendo entrevistada por la Fiscalía de Guerrero.
El público expectante siempre. Todo termina cuando el personal del Servicio Médico Forense levanta el cuerpo y se reabre la circulación en la avenida. En ese momento, todos regresan a la cotidianeidad.