Chilpancingo, Gro
José Isaid León Rodríguez es licenciado de nutrición y ciencia de los alimentos con maestría en ciencias de la educación. Se ha desempeñado como asesor nutricional del equipo de tercera división profesional Los avispones de Chilpancingo. Ha sido conferencista a nivel nacional e internacional en temas de nutrición en la infancia y adolescencia, y coordinador del consultorio de nutrición Equilibrato. Nutriólogo capacitador del personal de la Secretaría de Salud en Guerrero, y docente en la Universidad Autónoma de Guadalajara en el área de nutrición del deporte.
Es un hecho innegable que la industria de alimentos ha contribuido en gran parte a desarrollar ambientes obesogénicos y hemos visto a lo largo de varios años que estas industrias han crecido cada vez más y su poder adquisitivo es mayor, porque se ha vuelto un negocio redondo, y no sólo porque los afines a comer este tipo de productos como papitas fritas, galletas procesadas, dulces, chocolates, refrescos y jugos embotellados se están poniendo redondos si no porque se ha vuelto un negocio muy redituable a nivel nacional y local hablando específicamente del estado de Guerrero.
El primero de Octubre del año 2019 diputados aprobaron la Ley General de Salud en lo concerniente al etiquetado frontal en productos alimenticios, pero esta iniciativa de ley estuvo trabajándose desde el año 2016 a través de un plan de acción de gobierno abierto, que incluyo las propuestas para la modificación del etiquetado frontal en alimentos y bebidas no alcohólicas, tras años de batallas por parte de organizaciones como Alianza por la Salud Alimentaria, Poder del Consumidor, Contra peso y otros grupos promotores de la salud y nutrición se logro modificar la norma oficial 051, sin embargo no fue fácil que se aprobará ya que la industria alimentaria ha tratado de impedir el establecimiento formal de dicha norma del etiquetado frontal a través de escritos y presentando argumentos en el cual mencionan que este nuevo etiquetado frontal lo que podría ocasionar es predisponer a que las personas no compren sus productos. Sin embargo, el principal objetivo de esta ley de etiquetado frontal consiste en informar a los consumidores a través de un etiquetado claro y veraz que tipo de ingredientes contiene dicho alimento ya que es difícil poder leer las etiquetas nutrimentales incluso para los nutriólogos y pueden ser confusas lo que origina que no se tomen buenas decisiones a la hora de la elección de los productos, lo que se propone es lo siguiente:
- Incluir sellos de color negro en forma de octágonos que puntualicen con la palabra “EXCESO” el nivel de calorías.
- “EXCESO” grasas saturadas y grasas trans.
- “EXCESO” azúcares.
- “EXCESO” sodio.
Todos estos identificados como los nutrimentos críticos que causan daños a la salud.
Otro sello deberá advertir si el producto contiene edulcorantes (no calóricos), con la leyenda “Evitar en niños”, así como otra advertencia en el caso de que los productos contengan cafeína, también para evitar en niños. Cuando los productos contengan estos elementos no saludables, tampoco podrán llevar etiquetas de avales de asociaciones, organismos o institutos de médicos o expertos, para no confundir a los consumidores.
Estos productos tampoco podrán llevar referencias de “alto contenido nutrimental” (en vitaminas, por ejemplo), ni publicidad persuasiva o llamativa en sus empaques. Además, se deberá diferenciar claramente entre los azúcares naturales y aquellos añadidos que contenga el producto, y estandarizar la tabla de nutrimentos por cada 100 gramos o mililitros, para que los consumidores puedan comparar entre cada producto.
Ahora nos hacemos la siguiente pregunta ¿El etiquetado frontal es la solución para la lucha contra la obesidad? Pienso que no es la solución, pero sin duda es una gran herramienta ya que recordemos que la obesidad es multifactorial por eso se ha vuelto una enfermedad terrible, una epidemia a nivel mundial, pero si tenemos información más visual en los productos procesados y se evita la publicidad engañosa y utilizando personajes llamativos como animales o caricaturas en la caja de los cereales o en las envolturas de las galletas será un gran paso para hacernos conscientes y más responsables de nuestra alimentación. Es necesario luchar para que esta normativa se pueda aplicar y no se quede nada más en la intención y en el papel no olvidemos que somos el país número uno en obesidad infantil, pero con estas estrategias generadas a través del etiquetado frontal es una gran ayuda para seguir contrarrestando las estadísticas de nuestro país.
Es necesario unir esfuerzos y luchar para que, en las casas, escuelas, hospitales se puedan ofrecer alimentos de buena calidad, con un gran valor nutrimental y a un costo razonable, sin duda un gran paso es promover este etiquetado frontal y seguir luchando por más estrategias y políticas publicas sobre alimentación saludable. ¿Si Quieres comer mejor? Empieza por quitar más cáscaras y menos envolturas.
Recuerda comer sanamente, come Equilibrato, hasta pronto.