Hipólito Lugo Cortés tiene una licenciatura en Derecho, maestría en Ciencias, Área de Derecho Público, y estudios de doctorado en Derechos Humanos. Es coordinador de la Oficina en Guerrero de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Fue secretario ejecutivo, secretario técnico, visitador general, y presidente del Comité para la Investigación de la Desaparición Forzada de Personas. También se desempeñó como presidente interino en la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero.
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Es importante precisar que la protección y defensa de los derechos humanos resulta ser una actividad esencial de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), y durante esta contingencia del COVID-19 ningún día se ha dejado de prestar un servicio presencial al público, pues se mantenían guardias permanentes; por lo que resulta relevante la determinación de la reapertura de las actividades, considerando también que la CNDH no sólo cuenta con oficinas en la Ciudad de México, sino también en algunos estados de la República Mexicana, como es el caso de Guerrero, donde se ubica una Oficina Foránea con sede en Acapulco.
En fechas el 31 de marzo, 21 de abril y 29 de mayo del año en curso, el gobierno federal emitió diversos acuerdos relacionados con las acciones extraordinarias para atender la emergencia sanitaria generada por el virus SARS–CoV2, así como los Lineamientos Técnicos Específicos para la Reapertura de las Actividades Económicas, publicados en el Diario Oficial de la Federación, de los que se desprende en primer lugar que el 30 de mayo concluyó la fase de la denominada “Sana Distancia” y por consiguiente se da paso el uno de junio a la reapertura socioeconómica; para ello se estableció un sistema de semáforo de riesgo epidemiológico semanal por regiones (estatal o municipal), que determinará el nivel de alerta sanitaria y definirá qué tipo de actividades están autorizadas para llevarse a cabo en los ámbitos económico, laboral, escolar y social, dependiendo del color (Rojo, Naranja, Amarillo y Verde) que se indique en cada estado de la República Mexicana.
Así, tocante a Guerrero, el pasado lunes 3 de agosto la Secretaría de Salud Federal lo coloca en semáforo color naranja; pero no hay que perder de vista que las reglas para el paso al semáforo naranja siguen siendo las mismas que con el semáforo rojo: quedarse en casa el mayor tiempo posible, cuidar a la población vulnerable, usar cubrebocas y practicar el distanciamiento social, en caso de que sea necesario salir y lavarse las manos frecuentemente. Además de aislarse en caso de presentar síntomas; lo que resalta de este cambio de color es el inicio de la reapertura, mediante reglas determinadas, como la reducción de aforos, reducción del personal en trabajo presencial, el uso obligatorio de equipo de protección personal, filtros sanitarios para la detección de síntomas antes del ingreso de cualquier persona al establecimiento, distanciamiento social dentro del lugar y dispensadores de gel antibacterial.
Con base en lo anterior, la CNDH elaboró un plan de reapertura de sus actividades, mediante el regreso responsable, gradual y escalonado al trabajo presencial conforme el semáforo vaya modificándose (naranja, amarillo, verde), hasta llegar al retorno total a las labores, una vez que la autoridad sanitaria competente determine que no existe un riesgo epidemiológico, y se laborará de lunes a viernes.
De acuerdo con las disposiciones oficiales que se emitan, y atendiendo al semáforo de riesgos, se ha proyectado un calendario de regreso a actividades de la CNDH de la siguiente manera.
SEMÁFORO ANARANJADO. Inicia el regreso ordenado y gradual. Operar cada área al 30% de su capacidad.
SEMÁFORO AMARILLO. Se acelera el regreso ordenado gradual. Se extiende la operación de las áreas al 50% de su capacidad.
SEMÁFORO VERDE. Se retoman actividades presenciales totales. Normalización de las actividades, bajo medidas estrictas de control.
Así en el caso de la Oficina en Guerrero, a partir de la declaratoria de semáforo en anaranjado, se tiene un retorno ordenado en esta “nueva normalidad”, aunado a que siempre hubo presencia de personal que atendiera al público que solicitara nuestros servicios, teniendo especial cuidado para cumplir con el objetivo de reducir la transmisión, limitando los viajes y la conectividad física; y previendo medidas como el teletrabajo cuando fuere necesario, pues nuestras actividades esenciales representan un riesgo medio, que implica un contacto frecuente y cercano de exposición a fuentes con posibilidad de contagio, como lo es el contacto altamente frecuente con el público en general, personas en edad escolar, compañeros de trabajo, entre otros individuos y grupos de organizaciones civiles.
En modo alguno podrán regresar a laborar bajo semáforo naranja, personas trabajadoras que hayan sido diagnosticadas con COVID-19 o sospechosas, hasta que se haya superado o descartado el contagio, ni tampoco aquellas en situación de vulnerabilidad, como lo son las personas adultos mayores de 60 años, personas con enfermedades crónico degenerativas, mujeres embarazadas o en lactancia, personas con discapacidad, personas con algún padecimiento o tratamiento farmacológico que les genere supresión del sistema inmunológico, madres de hijos menores de 12 años.
En tanto permanezca el semáforo rojo y naranja, las reuniones de trabajo se realizarán preferentemente por teléfono o videoconferencia, y en caso de extrema necesidad que se requiera sean presenciales, se cuidará la sana distancia, higiene respiratoria, limpieza y desinfección del lugar, mesas, sillas y objetos; en esta etapa se fortalece la promoción de los valores hacía el personal de la CNDH, con especial énfasis en el sentido de responsabilidad y servicio social que debe caracterizar a todo defensor de los derechos humanos.