Si hay condiciones, tigrilla rescatada en Atoyac podría volver a su hábitat natural

Alina Navarrete Fernández/Chilpancingo, Gro.

A partir de hoy, “Xóchitl”, la tigrilla rescatada por activistas en la comunidad de Río Santiago, ubicada en la Sierra de Atoyac de Álvarez, en la Costa Grande de Guerrero, permanecerá en cuarentena en el zoológico de Chilpancingo y, si las condiciones lo permiten, será reinsertada en su hábitat natural.

El director de Wild Felids Conservation, Fernando Ruiz Gutiérrez, informó que Xóchitl es la primera felina rescatada por el Proyecto Guerrero Jaguar –que también coordina–, en los 11 años que lleva activo en el estado.

La cachorra presenta indicios de impronta, es decir, que se siente cómoda con la presencia de humanos, un comportamiento innatural para su especie. Fue entregada este jueves a Zoochilpan con apoyo de personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Estado (Semaren).

Ahí, el veterinario Fernando Domínguez Bernáldez, encargado del área Médica, sometió a Xóchitl a una valoración clínica; de acuerdo con los primeros análisis, la tigrilla tiene no más de 4 meses de edad, pesa 890 gramos y está deshidratada.

Los especialistas determinaron que Xóchitl permanecerá en cuarentena y bajo observación, para poder determinar cuál es la dieta apropiada que recibirá, misma que tendrá que ser lo más apegada posible a “la original”, la que tendría de no haber sido capturada por pobladores que pretendían venderla.

Fernando Domínguez señaló que la cachorra podría recibir una dieta basada en proteína cien por ciento de origen animal, de pollo y conejo. Se desconoce si la tigrilla logró desarrollar su instinto de cazadora, por lo que es sumamente importante el periodo de observación para determinar si puede valerse por sí misma.

El Proyecto Guerrero Jaguar, la Profepa y la Semaren acordaron conjuntar esfuerzos para preparar a Xóchitl con el fin de que pueda ser reinsertada en su hábitat natural, para ello solicitarán apoyo a la Unidad de Manejo para la Conservación y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre (UMA) de Hidalgo, que tiene experiencia en liberación de especies.

Fernando Ruiz señaló que en Guerrero no se cuenta con un protocolo para el rescate y reinserción de especies en su hábitat natural; en ese sentido, reconoció que para el Proyecto Guerrero Jaguar ha sido difícil tener avances para identificar y preservar a los felinos en la Sierra de la Costa Grande del estado.

El mayor obstáculo para los avances es que no hay una continuidad de parte del Gobierno Estatal para este trabajo; además, los funcionarios tienden a ser cambiados cada uno o dos años de los cargos del área del Medio Ambiente.

“Vas trabajas con uno (funcionario) un año, al siguiente año ya no está y tienes que volver a empezar de cero, no ha habido una estabilidad en cuanto a la gente que trabaja Medio Ambiente en las dependencias o que puede ayudar a dar el seguimiento”, explicó.

Fernando Ruiz dijo que el caso de Xóchitl representa “una oportunidad” para poder elaborar una estrategia estatal propia, para la reinserción de animales en su hábitat; por ahora, el Zoochilpan, “a pesar de sus limitaciones”, es un espacio que servirá para la preparación de la cachorra.

“Yo, aunque quisiera tenerla libre, quisiera liberarla luego, no puedo porque no tengo el conocimiento para poder evaluar si está en realidad en condiciones”, expresó.

El biólogo resaltó que la desición de resguardar a Xóchitl en el zoológico ha sido criticada por la sociedad, principalmente en redes, pero “necesitamos saber qué es lo que tenemos, qué es lo que nos hace falta y ver cómo nos organizamos para llegar a algo que funcione”.

Abundó que “el reto más grande que tenemos todos” es que la cachorra recupere sus instintos y que no se deje tocar por humanos, como actualmente hace; “es como los niños cuando les das dulces, saben que tú les das dulces y se van corriendo contigo, así los gatitos, así pasa con los animales, queremos que no haya esa improntación, que vea a un humano, un ganado y se vaya, eso es lo que se tiene que lograr y es algo complejo”.

Pero antes, tiene que haber certeza de que la tigrilla está bien de salud, para asegurarse de que no tenga algún problema físico o en su sistema digestivo, se le tiene que proporcionar comida pero sin tocarla.

Aunque Fernando Domínguez dijo que, en su experiencia, “desafortunadamente, un alto porcentaje de los animales que llegan a ‘rehabilitación’ a zoológicos, tienen un bajo porcentaje de liberación”.

Dentro de cuatro meses, los especialistas valorarán si Xóchitl puede ser reinsertada en su hábitat natural, lo ideal sería liberarla en la Sierra de Atoyac, donde hay una abundante flora y fauna, pero lejos de las comunidades para evitar que sea nuevamente capturada.

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