Euclides Avila Chávez es Químico Farmacéutico Biólogo, Maestro en Ciencias Químicas con especialidad en Bioquímica y Doctor en Ciencias por la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente es Investigador en Ciencias Médicas en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán en la CDMX. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores y tutor de maestría y doctorado en Ciencias Biológicas y Biomédicas de la UNAM, docente en la Facultad de Química de la UNAM.
Ciudad de México.
Conocemos como vitaminas a diversas sustancias encontradas en pequeñas cantidades en los alimentos que son esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo y que no podemos producirlas en nuestro organismo. Bajo esta definición, la vitamina D no es una vitamina puesto que nosotros podemos producirla en nuestro cuerpo. En realidad, la vitamina D sirve como punto de partida para la producción en nuestro cuerpo de una sustancia conocida como calcitriol, la cual tiene muchos efectos benéficos muy conocidos para nuestro correcto funcionamiento, como la adecuada calcificación de los huesos. Sin embargo, el calcitriol también tiene otras acciones importantes, como su participación en el adecuado control de la presión arterial, favoreciendo la función de nuestros músculos y regulando nuestro sistema de defensa entre otros efectos benéficos.
Como lo mencioné al principio de este artículo, el calcitriol producido a partir de la vitamina D es una sustancia que previene el inicio de diversos tipos de cáncer como los tumores de colon, próstata, mama y ovario entre otros. Para ello, el calcitriol interfiere con algunos procesos críticos utilizados por los tumores como son la inflamación, el crecimiento y la formación de nuevos vasos sanguíneos.
Si el calcitriol es tan bueno previniendo el cáncer, entonces ¿por qué tenemos tantos casos de cáncer en México? Para conocer la respuesta necesitamos saber que los seres humanos obtenemos casi toda la vitamina D que requerimos a partir de la exposición de nuestro cuerpo a la luz solar. México es un país privilegiado en su ubicación geográfica porque tiene muchos días soleados al año pero desafortunadamente, alrededor del 30% de la población infantil y adulta en nuestro país tiene deficiencia de vitamina D. Tal deficiencia puede deberse a varios factores: la poca exposición al sol (como en el confinamiento durante la pandemia COVID-19), el uso excesivo de bloqueadores solares pero, sobre todo, el sobrepeso y la obesidad. La vitamina D al ser una vitamina que no es soluble en agua, se disuelve en la grasa corporal y ya no se encuentra disponible para realizar sus funciones.
Hace algún tiempo la deficiencia más común en niños mexicanos era el hierro, ahora es la vitamina D.
Uno de los problemas para enfrentar la deficiencia de la vitamina D es que tal condición no provoca síntomas específicos y que solamente es detectada cuando se hacen pruebas de laboratorio solicitadas por un médico y que evalúan la concentración de una sustancia derivada de la vitamina D conocida como 25-hidroxivitamina D, la cual es considerada el indicador nutricional a largo plazo de la vitamina D.
¿Cómo puede superarse la deficiencia de la vitamina D? Lo mejor es asolearse diariamente durante unos pocos minutos, porque una exposición prolongada al sol es dañiña para la piel y a futuro puede desencadenar un cáncer de piel. Otra cosa que podría hacerse es evitar el sobrepeso y la obesidad. Finalmente, puede obtenerse una fracción del aporte de vitamina D mediante el consumo de pescados grasos (como el salmón, el atún y la trucha) y alimentos de origen animal como el queso, huevo o leche fortificada con vitamina D). Un aporte pequeño se encuentra en alimentos de origen vegetal como los champiñones.
El requerimiento de la vitamina D puede alcanzarse muy bien con una dieta adecuada y con la exposición a la luz solar. Es importante puntualizar que la vitamina D ayuda a prevenir la aparición de tumores, pero una vez que estos aparecen (por el efecto del tabaco, de la obesidad, infección por virus carcinogénicos, por la contaminación ambiental etc), los beneficios de la vitamina D son limitados.
Una consideración final: el cáncer es un gran problema de salud no solo en México sino en el mundo entero y podemos fomentar la cultura de la prevención a través de obtener suficiente vitamina D. ¿Cuánto nos cuesta esto? Solamente un rato placentero de exposición al sol.
Dr. Euclides Avila Chávez,
Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, CDMX.
euclides.avilac@incmnsz.mx