Carlos Navarrete Romero/ Zitlala, Gro.
Con 54 años, Mario Tianguis participó ayer en la tradicional Pelea de Xochimilcas que se celebra anualmente en el municipio indígena de Zitlala. Sostuvo cinco enfrentamientos en menos de una hora; en todos fueron sus contrincantes quienes se rindieron.
Don Mario es uno de los peleadores vigentes con más trayectoria en esta tradición prehispánica, pues tiene al menos 39 años consecutivos participando y es reconocido en el municipio por su dura pegada. La primera vez que peleó tenía apenas 15 años.
Para los enfrentamientos don Mario se coloca una falda larga conocida como nahua, cubre la mitad de su rostro con un paliacate y con otro protege su cabeza para posteriormente usar un sombrero. Toda esta indumentaria es parte de la tradición, aunque a la hora de los golpes retira la mayoría de las prendas y se queda únicamente con la falda.
“Yo empecé desde que era niño, participamos año con año, es la tradición de nuestro pueblo”, explica en una breve charla antes de iniciar con el ritual.
Don Mario, también conocido como Mario Cheto, es el capitán de uno de los dos grupos de Xochimilcas que participan en la contienda. Representa al Barrio de la Cabecera, integrado también por el Barrio de San Mateo y la colonia Teyapan. El segundo grupo lo encabeza el Barrio de San Francisco, que hace alianza con la comunidad de Tlaltempanapa y otras colonias del municipio.
Con la celebración de éstas peleas los hombres de Zitlala honran a sus ancestros que lograron el triunfo contra pueblos enemigos que irrumpían en su localidad para raptar a las mujeres y realizar saqueos. La táctica de guerra que utilizaron para ganar esas batallas fue muy peculiar: se vistieron de mujeres para enfrentarse a golpes a sus invasores.
“Nosotros nos peleamos a puñetazos o a guamazos, como le quieran llamar, pero esto no es por rencor, es una tradición de nuestro pueblo. Peleamos niños, gente grande, gente joven, esto es un deporte libre, no hay restricciones de edad, no es de rencores, si te peleaste en ese momento puedes invitarle a tu rival una copa de mezcal, un vaso de refresco, una cerveza o un cigarrito, eso es lo que hacemos, eso forma parte de nuestra tradición”.
El intercambio de golpes es a puño limpio y no hay restricciones de edad. Participan desde niños hasta adultos mayores. Las peleas no tienen límite de tiempo y concluyen cuando uno de los contendientes se rinde.
Don Mario confesó que el número máximo de peleas que había tenido en una sola celebración eran cinco. En todas resultó ganador. Esa misma marca la alcanzó ayer al protagonizar cinco enfrentamientos en las que sus rivales también se dieron por vencidos.