Trisomia 21: Hábitos alimenticios

José Isaid León Rodríguez es licenciado de nutrición y ciencia de los alimentos con maestría en ciencias de la educación. Se ha desempeñado como asesor nutricional del equipo de tercera división profesional Los Avispones de Chilpancingo. Ha sido conferencista a nivel nacional e internacional en temas de nutrición en la infancia y adolescencia, y coordinador del consultorio de nutrición Equilibrato. Nutriólogo capacitador del personal de la Secretaría de Salud en Guerrero, y docente en la Universidad Autónoma de Guadalajara en el área de nutrición del deporte.

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El síndrome de Down es una afección en la que la persona tiene un cromosoma extra. Los cromosomas son pequeños “paquetes” de genes en el organismo. Los bebés con síndrome de Down tienen una copia extra de uno de estos cromosomas: el cromosoma 21.

Es importante recordar que un síndrome es un conjunto de síntomas que se presentan juntos y son característicos de una enfermedad o de un cuadro patológico determinado provocado, en ocasiones, por la concurrencia de más de una enfermedad.

La incidencia del Síndrome Down se sitúa entre uno por cada mil nacimientos nivel mundial. En México la incidencia es de aproximadamente uno por cada 650 nacimientos, La expectativa de vida es de 50 años, contra 10 años a principios de 1900. En diciembre de 2011, la Asamblea General designó el 21 de marzo Día Mundial del Síndrome de Down.


El síndrome de Down lleva el nombre del médico inglés llamado John Langdon Haydon Down. Fundador del Normasfield Mental Hospital de Londres. Describió la enfermedad en 1866, aunque nunca llegó a descubrir las causas que la producían. En julio de 1958 un joven investigador llamado Jérôme Lejeune (médico pediatra y genetista) descubrió que el síndrome es una alteración en el mencionado par de cromosomas.


No se conocen con exactitud las causas que provocan el exceso cromosómico. Sin embargo, los factores de riesgo son que los padres hayan concebido un hijo con síndrome de Down, que cualquiera de los padres sea portador de la translocación genética para el síndrome de Down y la edad avanzada de la madre.


El riesgo de concebir una persona con síndrome de Down aumenta gradualmente después de los 35 años, aunque existe el riesgo en cualquier edad y la mayoría de los niños y niñas con síndrome de Down nacen de mujeres mayores de 35 años ya que las mujeres más jóvenes tienden a tener menor incidencia.


Las personas con síndrome de Down tienen probabilidad superior a la de población de padecer algunas enfermedades especialmente de corazón, aparato digestivo y sistema endocrino debido al exceso de proteínas sintetizadas por el cromosoma de más. Los avances actuales en el descifrado del genoma humano están revelando algunos de los procesos bioquímicos subyacentes a la discapacidad intelectual, pero en la actualidad no existe ningún tratamiento farmacológico que haya demostrado que mejora las capacidades intelectuales de estas personas.


Algunas características físicas de este síndrome son: la disminución del tono muscular, el rostro plano, los ojos inclinados hacia arriba, las orejas mal formadas, la capacidad de extender las articulaciones más de lo habitual, el gran espacio entre el dedo gordo del pie y los demás dedos, la lengua de gran tamaño respecto a la boca, etc.

Quienes tienen el síndrome de Down también pueden verse afectados por otros trastornos, como enfermedades de Alzheimer y leucemia.

Las personas con síndrome de Down tienen un mayor riesgo de sufrir obesidad y sobrepeso, su estatura tiende a ser menor a la de la media y su actividad física es menor, por tanto, los requerimientos energéticos son menores y al tener una capacidad diferente muchas veces son consentidos con el consumo elevado de alimentos ultraprocesados.


Es importante que, como en todo plan nutricional, este debe de ser personalizado, tomando en cuenta cada una de las necesidades especiales del individuo, algunas recomendaciones generales son:


 Tener una alimentación variada incluyendo cereales integrales, frutas, vegetales, carnes y derivados, leche y productos lácteos.


 En caso de alguna alteración gastrointestinal como reflujo evitar alimentos ácidos y en caso de estreñimiento promover el consumo de agua y fibra (cereales integrales, frutas y verduras).


 Evitar los alimentos que causen algún tipo de intolerancia o alergia.


 El consumo de grasas debe ser limitado, se deben preferir las de origen vegetal como el aceite de oliva, aguacate.


 Favorecer el uso de técnicas culinarias sencillas como el asado, horneado, cocidos al vapor o a la plancha y evitar el uso de técnicas culinarias en las que se utilicen gran cantidad de grasa como frituras, empanizados o capeados.


 Cocina con imaginación, elaborando recetas apetitosas y saludables.


 Si se tiene algún problema de masticación, los alimentos se deben de adecuar modificando su textura para su fácil deglución.


 Las personas con síndrome de Down tienen conciencia del cuidado hacia su salud, por tanto debe promoverse la actividad física y el consumo de una dieta equilibrada, moderada y variada.

Recuerda que esta información nunca va a sustituir una consulta de nutrición, es por ello que la recomendación es acudir con tu nutriólogo de confianza y trabajar con un equipo multidisciplinario para atender a estos pacientes.

Recuerda comer sanamente, come Equilibrato, hasta pronto.

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