La participación de la vitamina D en nuestro movimiento

Euclides Avila Chávez es Químico Farmacéutico Biólogo, Maestro en Ciencias Químicas con especialidad en Bioquímica y Doctor en Ciencias por la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente es Investigador en Ciencias Médicas en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán en la CDMX. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores y tutor de maestría y doctorado en Ciencias Biológicas y Biomédicas de la UNAM, docente en la Facultad de Química de la UNAM.

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La capacidad de movimiento de los animales es un gran logro evolutivo que permite conseguir alimentos que se encuentran dispersos, a diferencia de las plantas que fabrican por sí mismas las sustancias que requieren. Nuestro cuerpo se mueve debido al trabajo coordinado de huesos, músculos y articulaciones, que en su conjunto constituyen el sistema locomotor o sistema músculo esquelético.


Los huesos sostienen y le dan forma a nuestro cuerpo, las uniones entre los huesos se efectúan por materiales fibrosos llamados ligamentos. Los músculos se encuentran unidos a los huesos y mueven las articulaciones. El movimiento en sí de nuestro cuerpo depende de la contracción de los músculos, los cuales mueven a nuestro cuerpo.


El calcio es el mineral más abundante en nuestro organismo y que tiene un papel esencial en nuestras vidas. Una persona adulta contiene un promedio de 1 kg de este mineral, localizado principalmente en nuestro esqueleto. La gran resistencia mecánica de los huesos es proporcionada por sustancias derivadas del calcio y del fósforo, otro mineral indispensable para la vida y que representa el segundo mineral más abundante en el cuerpo. El calcio y el fósforo son minerales críticos para que los músculos se contraigan y nos podamos mover. Por consiguiente, los papeles del calcio y del fósforo en nuestro movimiento consisten en proporcionar la estructura mecánica al esqueleto y también en favorecer la función dinámica de los músculos.


El calcio y el fósforo que necesitamos proviene de nuestra dieta y ambos minerales se absorben en el intestino delgado mediante un proceso que es facilitado por la vitamina D.


La importancia de la vitamina D en el esqueleto se pone de manifiesto en el raquitismo, una enfermedad presente en los niños en la que los huesos son más blandos y débiles que lo normal. El raquitismo es ocasionado por defectos genéticos de componentes fundamentales para la acción de la vitamina D. El raquitismo empezó a ser más notorio tras la Revolución Industrial en Europa cuando se inició la migración masiva de personas desde los campos para trabajar en las ciudades. La menor exposición a la luz solar (que ocasiona menor producción de vitamina D) condujo al incremento en los casos de raquitismo.


Hace 100 años, en 1922, se descubrió que el factor protector contra el raquitismo que se hallaba presente en el aceite del hígado de bacalao era la vitamina D. Para evitar el raquitismo en los niños, desde hace casi un siglo se inició el enriquecimiento de alimentos con vitamina D. Esto persiste hasta nuestros días y basta con examinar un envase de leche para saber que generalmente se fortifica con vitamina D. Por cierto, la vitamina D con la que se suplementa la leche proviene de un proceso industrial en el que se irradia con luz ultravioleta a ciertas sustancias obtenidas de la lanolina, una cera natural obtenida de animales que producen lana como los borregos.


En los músculos, la vitamina D mejora el desempeño muscular, disminuyendo la fatiga e incrementando la producción de energía. La vitamina D funciona como antioxidante en nuestros músculos, protegiendo a las células de ser dañadas por la actividad muscular intensa. Por último, la vitamina D se encarga de la producción de algunas proteínas musculares.


Cuando envejecemos, los componentes necesarios para la acción de la vitamina D disminuyen, lo cual contribuye a la pérdida de masa y fuerza de nuestros músculos. Menos vitamina D provoca menor absorción de calcio, lo que constituye un factor de riesgo para el desarrollo de la osteoporosis. La osteoporosis es una enfermedad en la que hay menor densidad mineral en los huesos que da como consecuencia menor resistencia mecánica y mayor riesgo de sufrir fracturas.


En resumen, la vitamina D ayuda a que los músculos y el esqueleto sean más fuertes y funcionen mejor, previniendo las caídas. En una próxima opinión abordaré otro aspecto interesante de la vitamina D en nuestro organismo.

Dr. Euclides Avila Chávez,
Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, CDMX.
euclides.avilac@incmnsz.mx

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