Enramadas destruidas, peces muertos y poco turismo: los estragos de tormentas en Barra de Coyuca

Alina Navarrete Fernández/Barra de Coyuca, Gro.

El huracán “Kay” y los remanentes de la depresión tropical “Lester” arrasaron con unos 60 restaurantes semifijos en la zona turística de la Barra de Coyuca, en Coyuca de Benítez.

Las lluvias causaron mar de fondo y un alto oleaje, las aguas del mar, el río y la laguna se conjugaron dejando peces Popoyote muertos tras de sí, restos de vegetación, corrientes fuertes y en general, un escenario desfavorecedor para los pescadores y comerciantes.

En un recorrido por la zona afectada, se observó poca afluencia de turistas y un número reducido de enramadas funcionado como restaurantes en la franja de arena que separa el mar de la laguna y el río.

José Ulises Morales, un pescador originario del pueblo, contó en entrevista que el mar de fondo se llevó más de la mitad de los restaurantes, cada uno invierte entre 20 y 30 mil pesos al inicio del año y continúa de acuerdo a sus ganancias pero esta temporada de lluvias afectó sus negocios, “de unos 80 restaurantes sólo 20 se salvaron”.

Además, en los últimos 20 días escaseó la pesca, a las autoridades “se le han hecho muchos llamados y, desgraciadamente, nunca regresan a ver a los pueblos donde de verdad se les necesita”.

Los salvavidas Carlos Torres Reséndiz, “Pepín”, y José Torres Blanco, “El Tocho”, coinciden con José Ulises en que los daños y pérdidas que dejaron las lluvias, pero también piden a las autoridades un salario fijo.

“Yo quisiera hacer un llamado a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda que voltee hacia acá (…) Da tristeza, tanto dinero que hay en el gobierno federal, gobierno estatal y gobierno municipal y no nos apoyan”, expresó Carlos.

Por su parte, José recordó que apoyó la campaña del senador Félix Salgado Macedonio y después, la de Evelyn Salgado quien finalmente ganó la gubernatura, “ella dijo que sí había trabajo, que sí había dinero. Yo le hago un llamado porque aquí las autoridades no se preocupan por los vacacionistas”.

Ambos salvavidas obtienen ingresos de una cooperación voluntaria de los turistas, pero en 30 años de servicio ninguna autoridad les ha asignado un salario. En el último mes han rescatado por lo menos a 15 personas “nosotros nos arriesgamos con el fin de salvar la vida”.

“Ya es hora que ponga atención la gobernadora”, pidió José, de pie frente a los restaurantes que quedaron reducidos a escombros entre la arena.

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