Hipólito Lugo Cortés tiene una licenciatura en Derecho, maestría en Ciencias, Área de Derecho Público, y estudios de doctorado en Derechos Humanos. Fue coodinador de la Oficina en Guerrero de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Fue secretario ejecutivo, secretario técnico, visitador general, y presidente del Comité para la Investigación de la Desaparición Forzada de Personas. También se desempeñó como presidente interino en la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero
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Ayer martes correspondió al Congreso de Guerrero aprobar la minuta al proyecto de decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de Guardia Nacional; esto es, ya avaló que en Guerrero la Secretaría de la Defensa Nacional continúe a cargo del mando operativo y administrativo de la Guardia Nacional hasta el año 2028, o lo que es lo mismo, que el personal militar esté a cargo de las tareas de seguridad y protección ciudadana.
Lo anterior, a pesar de ya haberse aprobado por la mayoría requerida de los congresos de los estados; no obstante lo anterior, el gobierno federal anunció que buscará que se apruebe en los 32 entidades; para lo cual se ha instruido al titular de la Secretaría de Gobernación, (SEGOB) Adán Augusto López Hernández, visitar todos los estados y el pasado viernes le correspondió a Guerrero.
El referido Secretario de Gobernación, como era de esperarse, defendió la presencia de las fuerzas armadas en las calles en labores de seguridad pública, y sostuvo que esto no es una militarización del país, válgame semejante incongruencia, entonces, ¿qué será?
Argumentó que el Ejército no viola derechos humanos, que los actos de represión del personal militar en Guerrero han quedado atrás, al igual que la noche y madrugada del 26 y 27 de septiembre de 2014 de Iguala; esto es, el Secretario de Gobernación se presenta al Congreso de Guerrero y como un mago con su varita mágica, señala que se ha dado un cambio en el actuar del Ejército, y llamó a los diputados a votar la minuta de reforma y a honrar al país y a estar del lado correcto de la historia, misma que desconoce el interlocutor y los propios diputados; ya que incluso el propio Adán Augusto reconoció que “aún hay heridas que no terminan de cerrar”.
Bien pudo el Congreso de Guerrero no aprobarla y legalmente no pasaba nada, pues no influiría en la reforma constitucional, y así honrarían a las víctimas del actuar del Ejército, pero, no sucedió.
Por cierto, esas visitas me resultan un contrasentido, al igual que la pretensión de exhibir públicamente a las legislaturas que no la aprueben, coartando con ello el derecho a disentir y a la libertad de decidir; lo que resulta contrario a toda sociedad que se precie de ser democrática.
Más bien, resultan una impertinencia esas visitas y dejar de lado sus funciones sustantivas, privilegiando su aspiración presidencial y lo que se vislumbra es una precampaña mediática a la Presidencia de la república por parte del referido Secretario de Gobernación, que la ha tornado beligerante hacía algunos gobernadores, que denigra su propia función; tan es así que el senador Ricardo Monreal Ávila, lo llamó “a centrarse a sus funciones”, al verlo más decidido en sus aspiraciones presidenciales.
Es necesario dejar constancia de la muy lamentable postura de los diputados de Guerrero, que actúan a contrapelo de la historia reciente de los guerrerenses y muestran un Congreso sumiso frente al Ejecutivo federal; triste e indignante papel de quienes dicen ser representantes populares, con un desconocimiento absoluto de las graves violaciones a los derechos humanos que el personal militar ha perpetrado en Guerrero: desapariciones forzadas, ejecuciones sumarias extrajudiciales, tortura, violaciones sexuales, detenciones arbitrarias, etc., en pocas palabras, ni quien se acuerde de las víctimas de esos hechos; de igual manera los diputados se muestran neófitos de los estándares internacionales en la materia de seguridad pública.
De todo lo cual dan cuenta las quejas y recomendaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, así como las observaciones de los Órganos de Tratados de Naciones Unidas, y eso, hay que reprochárselos a los diputados y a los partidos políticos a los que representan, incluidos a los que se jactan y están lejos de ser de izquierda, que no están a la altura del aguerrido y sufrido pueblo de Guerrero.
Guanajuato le puso el ejemplo a Guerrero y rechazó esa iniciativa; queda a los anales de la historia la actuación de las diputadas y diputados integrantes de la LXIII Legislatura del Congreso del Estado de Guerrero.