Exigen castigo a militares y exhumación de 8 restos humanos en fosas clandestinas de la Guerra Sucia

Alberto Gómez/Chilpancingo

Familiares de víctimas de la Guerra Sucia en Guerrero, exigieron al Gobierno federal que llame a declarar a los 300 miembros del Ejército de aquella época que aún están con vida, y que estuvieron asignados en los lugares donde fueron las ejecuciones.

En conferencia de prensa este medio día en Chilpancingo, hijos, esposas y hermanos de las víctimas, exigieron a la Fiscalía General de la República que realice la exhumación de al menos ocho cuerpos de personas que fueron ejecutadas y sepultadas en fosas clandestinas en la sierra de Tecpan de Galeana, mismas que ya tienen identificadas.

En su intervención, Octaviano Gervacio Serrano, integrante del Colectivo de Esposas e Hijos de Desaparecidos y Desplazados de la Guerra Sucia del municipio de Atoyac de Álvarez, recordó que esos hechos se registraron el 20 de diciembre de 1967, pero no fueron denunciados porque los familiares fueron amenazados.

Sin embargo, el pasado 21 de abril presentaron denuncias ante la Fiscalía General del Estado (FGE) y la Fiscalía General de la República (FGR) por la desaparición de 10 personas, lo que dio como resultado los trabajos de búsqueda.

El también asesor jurídico, Gervacio Serrano, acusó que el gobieno federal de esa época, en complicidad con los gobiernos estatal y municipal borraron todos los archivos de identificación de los desaparecidos para que no existiera registro.

Confió en la «gran apertura» del gobierno federal actual, pues existen las condiciones para realizar las investigaciones, «pero la Sedena sigue teniendo resistencia a esclarecer los hechos que ocurrieron durante la Guerra Sucia».

Mencionó que la ubicación de las fosas se dio por declaraciones de familiares de las víctimas porque fueron testigos presenciales de las ejecuciones por parte del Ejército, pero no habían denunciado por temor, incluso, dijo que toda la comunidad donde vivían tuvo que ser desplazada.

Señaló que 600 desaparecidos de la llamada Guerra Sucia en Guerrero en los que el Ejército fue el responsable directo de las ejecuciones entre 1969 y 1979, de acuerdo con los registros de los familiares.

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