Pericón: Tradición milenaria del Día de Muertos en Chilpancingo

Alberto Gómez/Chilpancingo

Se acerca el día de muertos y los cerros de la sierra de Chilpancingo comienzan a florecer, sus faldas se visten de un amarillo peculiar y desprenden un olor muy característico que anuncia la tradicional fecha mexicana.

Ell pericón tiene una gran historia y tradición en usos, principalmente medicinales, pero también es usada en el día de muertos.

Los cerros de la sierra de Chilpancingo son testigos del florecer de esta planta que crece de manera silvestre en los campos. De acuerdo a la tradición prehispánica, la flor era ofrendada a Tláloc, Dios de la lluvia, para proteger las cosechas.

En Xocomanatlán, como en otros pueblos de la sierra, la flor de pericón se coloca por manojo en forma de cruz, como una forma de ahuyentar al diablo.

La flor de Pericón, llamada también con su nombre científico «Tegetes Lúcida» y en náhuatl Yauhtli, significa «Niebla oscura», misma que para nuestros antepasados anunciaba la temporada de lluvias y la época para cosechar el maíz.

El poblado de Xocomanatlán es el escenario del renacimiento de esta bella flor amarilla que entre sus otros usos destacan el terapéutico, al usarse como tónico en té, contra la diarrea, vómito várices y resfriados.

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