De periodista a candidata de Huamuxtitlán por Morena, en medio de la violencia en su contra

Alina Navarrete Fernández/Chilpancingo, Gro.

Rosalba Ramírez García es la candidata de Morena a la alcaldía de Huamuxtitlán, para llegar a esa posición renunció a la carrera periodística que forjó durante 14 años y se enfrentó a la violencia política con la que se busca inhibir la participación de las mujeres; los ataques en su contra escalaron al punto en que su padre –fundador del partido en el municipio– Abraham Ramírez Rincón fue asesinado.

Rosalba nació y creció en la cabecera municipal, en una casa de adobe con olor a flores de azucena ubicada en el Barrio de Las Ánimas, donde sus padres le enseñaron a trabajar en el campo, le inculcaron el amor por La Cañada, así como el deseo de estudiar, aportar y, sobre todo, ayudar a su comunidad.

Ella se define a sí misma como una mujer “que busca hacer las cosas diferentes, que busca hacer un equipo que pueda dejar la vara alta; honesta, a la que no se le puede cuestionar ningún acto de corrupción, ninguna acción que haya cometido en contra de otra persona, en ningún aspecto”.

Se reconoce como una mujer trabajadora, con proyectos, propósitos y los valores que le inculcaron sus padres, sus abuelos, todos campesinos; “para mí es muy valioso que se le dé la oportunidad de participar en la política a personas que no pertenecen a ningún sector privilegiado”.

A pesar de que antes del actual proceso electoral su participación política se limitó a ejercer su derecho al voto y fundar Morena en Huamuxtitlán al igual que su padre, para Rosalba el tema no es ajeno.

Sus estudios los realizó en la Universidad Autónoma de Guerrero, su primer trabajo “formal” fue en el Consejo Distrital del entonces Instituto Electoral del Estado de Guerrero cuando cursaba la Preparatoria.

Luego se mudó a Chilpancingo para estudiar la licenciatura en la Unidad Académica de Ciencias de la Comunicación y Mercadotecnia; desde que era estudiante inició su carrera periodística a la par de diversas capacitaciones impartidas por la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales, el Tribunal Electoral del Estado y la Auditoría Superior del Estado.

Rosalba inició como reportera en Siga TV, sin embargo consideró que la dinámica de las televisoras no era para ella por lo que optó por incorporarse al equipo del semanario “Interacción” que dirige el periodista  Rogelio Agustín Esteban, a quien identifica no sólo como un colega y amigo, sino también como maestro; “fue la mejor decisión de mi vida”.

También colaboró en otros medios locales de los que decidió alejarse “porque yo nunca estuve dispuesta a trabajar para andar pidiendo dinero, el famoso ‘chayo’, jamás lo hice, me puedo parar ante quien sea y nadie me puede decir que yo pedí, que yo acepté un chayo”.

Para Rosalba fue un sueño cumplido trabajar en “El Sur”, donde “aprendí muchísimo, creo que fue una gran escuela en muchos aspectos, ahí estuve 11 años, mis jefes inmediatos: el director Juan Angulo, la jefa de Edición, Maribel Gutiérrez, la jefa de Información, Magdalena Cisneros, siempre fueron personas extraordinarias conmigo, que me ayudaron y enseñaron mucho”.

En “El Sur” Rosalba se dedicó a la fuente de Política y conforme se consolidó como una de las periodistas expertas en la materia, también sufrió las consecuencias de hacer un periodismo crítico: intimidaciones, “desencuentros fuertes” por haber incomodado a actores políticos de la talla de ahora exgobernadores como Ángel Aguirre Rivero y Héctor Astudillo Flores.

En entrevista con “Réplica”, Rosalba reflexionó: “Hay cosas que, a los políticos, a los funcionarios no les gusta que los periodistas digan, pero no por eso se pueden dejar de decir, creo que yo al estar varios años del otro lado, entiendo perfectamente bien lo que se hace mal y lo que no se debe de hacer en la administración pública”.

Para Rosalba el haber obtenido la candidatura a la alcaldía de su pueblo es una oportunidad de implementar todo lo que aprendió como periodista; “me ha tocado cubrir Congreso, todo el tiempo con una mirada crítica, que es el lugar donde se hacen, se discuten, se analizan, se cabildean las leyes; los órganos electorales, los partidos políticos. No soy tan inexperta, puede ser mi primera incursión en política, pero no vengo con los ojos cerrados, he estado en el centro dónde se toman las decisiones que repercuten en la vida político y social del estado”.

El costo de la política: El asesinato de Abraham

Abraham Ramírez Rincón es un reconocido activista, siempre le apostó a La Cañada por su belleza, por las riquezas que habitan los campos en esa región olvidada, relegada por los gobiernos pasados. Le importaba la prosperidad de la comunidad, su seguridad y cuando alguien le pedía ayuda, no dudaba en poner a su disposición hasta el dinero que no tenía.

La noche del 6 de febrero del 2024, Abraham fue asesinado a balazos cuando se encontraba cenando en el Barrio El Rosario después de una jornada de actividad política a favor de su hija, esa noche Rosalba perdió a su padre, un pilar que había sembrado no sólo los campos de la región sino la conciencia social en su núcleo familiar y en la comunidad.

Cuando a Rosalba se le presentó la oportunidad de participar en el proceso interno de Morena para designar la candidatura a la alcaldía de Huamuxtitlán, fue su padre quien la motivó y la apoyó para incorporarse a la vida política en el municipio.

El asesinato de Abraham fue un crimen político, así lo reconoce Rosalba, “mi papá era un hombre que nunca se queda callado, que siempre cuestionaba, analizaba, veía más allá, después de lo que pasó con mi papá, dije ‘siempre me va a hacer falta los pasos adelante que él llevaba’ (…) Él fue muy crítico, muy perspicaz, su activismo fue algo que tuvo mucho que ver en su asesinato”.

No es la primera vez que la violencia tocó a la puerta de Rosalba y su familia, el 24 de julio del 2019, su tío y líder de la Policía Comunitaria perteneciente a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), Antonio Ramírez Rincón, fue secuestrado y asesinado, durante un periodo de exterminio de la autodefensa en la Montaña.

Sin embargo, este episodio no frenó las ganas de Abraham por incidir en lo social y en lo político; “él era demasiado valiente, una vez le pregunté si no tenía miedo y me contestó que sí, pero el miedo hay que controlarlo”.

Rosalba es consciente de los riesgos que representa participar en lo político y aunque lo discutió muchas veces con su padre, nada evitó el crimen; “sí fue un tema político (…) ahora una de mis aspiraciones, es que ninguna familia de Huamuxtitlán pase por lo que la mía ha pasado”.

“No es lo mismo que tu papá fallezca porque estaba grande, porque se accidentó, por una enfermedad, a que te lo arrebaten de esta manera, a él me lo quitaron para afectarme políticamente, así lo asumo, él no le hacía daño a nadie”.

El asesinato de Abraham marcó la vida política de Rosalba de manera positiva, ella tiene la convicción de “hacer las cosas bien, en su memoria”, de presentar un Plan de Gobierno enfocado en las necesidades del municipio, teniendo como una de sus prioridades la paz.

Ser mujer, periodista y política

Aunque vivió el extremo de la violencia con el asesinato de su padre, Rosalba también se ha enfrentado a otros tipos de violencia por ser mujer, periodista e iniciar su vida política en Morena.

Desde acoso sexual, hasta intimidaciones y campañas de desprestigio, Rosalba ha sido atacada en distintos frentes que desafió, y el apoyo de las mujeres en su vida, como su madre, sus hermanas, sus amigas y colegas.

En su transición del periodismo a la política, hubo señalamientos en su contra por haber sido crítica en su oficio y hasta la acusaron de no ser originaria de Huamuxtitlán, de haber obtenido un lugar dentro de Morena por cualquier situación, menos la de ser una mujer valiosa que puede contribuir al partido y a su municipio.

“Decidí que yo no quería ser víctima, decidí que nadie se podía burlar de mí, que quería que me trataran con respeto, que no me vieran como una ‘niña bonita’ o ‘tonta’, decidí que donde yo me parara me iban a ver de una manera diferente, hice lo que pude para eso; los espacios en los que he estado, las puertas las he abierto yo con mi trabajo, nadie me limpió el camino”.

A pesar de los señalamientos y las violencias con las que intentaron sacarla de la contienda, Rosalba es la candidata de Morena a la alcaldía de Huamuxtitlán y está decida a hacer cambios, por pequeños que puedan ser, en beneficio del municipio.

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