Ángel Galeana
Chilpancingo, Gro. 29-Agosto-2019
A sus 19 años ha sido violada tres veces por los mismos sujetos que siguen libres a pesar de las denuncias que existen ante la Fiscalía General del Estado. La joven originaria de Iguala tuvo un hijo como medida para evitar que siguieran abusando de ella, pero no funcionó.
Por cuestiones de seguridad se usará el nombre ficticio de Pamela. Ella acudió a los medios de comunicación como una medida desesperada para que la Fiscalía General del Estado detenga a los responsables de sus violaciones, quienes además de abusar de ella, la han vendido para que otros lo hagan.
La primera violación de Pamela fue en junio del 2015, cuando apenas tenía 15 años. No dio mayores detalles, pues se le notaba a punto del llanto. Contó que después de ser violada intentó seguir su vida de manera normal. Un día, uno de los delincuentes se metió a la escuela en la que estudiaba y le advirtió que no la dejarían de molestar, y que tampoco la querían embarazar porque así no les servía.
“De ahí mi mente tonta pensó que si yo estaba embarazada ellos no me iban a hacer nada, pero no funcionó”. Pamela se embarazó para evitar ser violada. Ahora tiene un hijo de tres años, y ha sido abusada dos veces más.
Pasaron tres años desde 2015 y nuevamente fue violada. Esa vez ocurrió en septiembre del 2018. Pamela salió de su casa al trabajo, una fábrica que se llama trajes inigualables. Antes de entrar le marcaron a su teléfono y la obligaron a subirse a un coche bajo la amenaza de que si no lo hacía matarían a su hijo. Subió, le pusieron un trapo en la boca con alguna sustancia y la durmieron.
Cuando despertó estaba en una cama, desnuda. Tres hombres la obligaron a tener sexo amenazándola nuevamente con matar a su hijo si se negaba. Entre los tres hombres estaba un tipo que identifica como periodista en Iguala, de quien omitió su nombre por temor, aunque reconoció que probablemente esté implicado en otros casos de violación denunciados públicamente este mismo año.
“Pasaron dos días, me drogaron, me hicieron todo lo que quisieron y después de esos dos días me dejaron en la calle tirada, no sabía ni quién era, no reconocía ni a mi mamá. No sabía nada. Los policías me auxiliaron, me llevaron a poner la denuncia, en ese momento no recordaba nada. Durante meses no pude recordar lo que había pasado, hasta enero que pude recordar más”.
Pamela recuerda que el día que la violaron había otras dos mujeres en su misma situación: secuestradas, una enfrente de ella, a quien también violaron. “No fui a la única que le hicieron eso, había dos más, a una sí la vi, estaba enfrente de mí y le hacían lo mismo”.
Tiene identificados a sus violadores, presentó dos fotografías al ministerio público, y dio las señas particulares de uno de ellos, pero la Fiscalía no ha terminado de investigar.
A pesar que presentó denuncias, hace menos dos meses la violaron nuevamente. “Apenas en julio de este año me hicieron lo mismo: me subieron al carro, me drogaron igual, de la misma forma”.
El ministerio público no ha liberado orden de aprehensión contra de los delincuentes porque, le dicen a Pamela, que no tienen los elementos suficientes.
“Me dicen que para liberar una orden de aprehensión se necesitan varios procesos, que ya tenemos el modo y el tiempo, pero nos falta el lugar, como me drogan no puedo saber en qué lugar estoy y ese es el motivo por el que no lo han hecho”.
Pamela y su madre vinieron a Chilpancingo para tratar de entrevistarse con el fiscal General del Estado, Jorge Zuriel de los Santos Barrila, pero no estaba, según les dijeron en las oficinas. Fueron atendidas por la fiscal de delitos sexuales, quien les dijo que estaría al pendiente.
La madre de Pamela señala que no han pensado en huir de Iguala porque no se trata de escapar, sino de hacer justicia.