Las Florecitas: El canto mixteco en la Montaña de Guerrero

Alina Navarrete Fernández

Tlapa. 26-Agosto-2019

Ya tika
A luvi va kaa yúku 
A luvi va kaa yòso 
Yúku ndatye saa vali
Yòso ndáva tìka
~ * ~
El chapulín 
Qué hermoso es el cerro 
Qué hermoso es el llano 
En el cerro vuelan los pajaritos 
Y en el llano brinca el chapulín

Alitzel y Kelly son hermanas y viven en la cabecera municipal de Tlapa de Comonfort. Hace dos años, motivadas por su ascendencia Tu’un Savi, unieron sus voces en el dueto Na ita vali que en mixteco significa “Las florecitas”.

 A sus 8 y 6 años de edad se presentan en eventos culturales o celebraciones a las que son invitadas y asisten vistiendo trajes de las regiones na savi, que se ubican principalmente en la Montaña y la Costa Chica de Guerrero.

Su madre, Gabriela Tolentino Lozano, es originaria de Lomazóyatl, y su padre, Saúl Velázquez Flores, es oriundo de Tlahuapa; ambas comunidades pertenecen al municipio de Alcozauca, donde se preserva la lengua mixteca. La señora Gabriela narra que un día escuchaba una canción en mixteco con ritmo folklórico y Alitzel se le acercó curiosa para saber qué decía la letra. Luego de un rato, la niña le dijo que le gustaba esa música.

– ¿Te gustaría aprender a cantarla? Preguntó.

-Sí, dijo Alitzel sin dudarlo.

Fue así que las hermanas comenzaron a aprender palabras en mixteco hasta que lograron replicar las letras de las canciones. Su canción favorita es Ya tika – “El chapulín” – pero también disfrutan interpretar canciones en español, como las de Natalia Lafourcade y otros artistas populares.

Formar el dueto fue relativamente fácil para la familia Velázquez Tolentino, las niñas practicaban las letras de las canciones y sus versos fluían armoniosamente, sin embargo, surgió el primer obstáculo: faltaba la música. La familia buscó las pistas que Alitzel y Kelly necesitaban para completar su presentación pero no es común que ese tipo de música esté disponible de manera pública y gratuita.

El Grupo Sierreño de Oaxaca facilitó una pista para el dueto que formaron Alitzel y Kelly. Sus tíos Bernardino García Martínez y Cristo Andrés Velázquez también las apoyaron grabando las pistas con piano y guitarra.

La más reciente presentación del dueto Na ita vali fue el viernes 9 de agosto durante la jornada de actividades que se llevó a cabo en la Casa Católica de Tlapa para celebrar el 25 aniversario del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.

Ese día Alitzel y Kelly subieron al escenario e hicieron una improvisación. Cantaron Tuxa Numa-El Pino Fresco-. La mayoría de los asistentes, mestizos, no percibieron un error: la pista estaba al revés, la música de fondo presentaba estrofas distintas.

“A mí me gusta (cantar en mixteco) porque mi mamá y mi papá, siempre ellos hablan y también mis abuelitos, todos hablan lenguas maternas y a nosotros nos gusta hablar también”, contó Alitzel en la sala de su casa.

Las dos hermanas estudiarán primer y tercer grado en la primaria Justo Sierra de Tlapa el próximo ciclo escolar; su padre Saúl dice que ambas llevan un promedio alto.

Por discriminación se pierden las lenguas originarias

 La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 2019 como el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, con el fin de sensibilizar a la sociedad para que reconozcan, aprecien y valoren la importante contribución que las lenguas originarias hacen a la diversidad cultural y lingüística mundial.

En Guerrero hay más de 476 mil personas que hablan las lenguas originarias y preservan la cultura de los pueblos Tu’un savi, Náhuatl, Amuzgo y Me’phaa, mismos en los que se encuentra el mayor rezago educativo y los índices de pobreza más altos del estado.

Saúl Velázquez lleva 28 años viviendo en Tlapa. Cuando llegó a la ciudad fue discriminado por los monolingües, “no hablaba bien español, siempre se burlaban de mí, decían ‘mira ahí va el Huanquito’, siempre te dicen esa palabra, te subestiman y te hacen menos, pero a mí no me importó”, recordó.

Gabriela Tolentino llegó a “el corazón de la Montaña”, como se identifica a Tlapa por su alto comercio y ubicación geográfica, cuando tenía 12 años de edad y también fue discriminada porque se le dificultó hablar español, pero nunca olvidó su lengua materna, por el contrario, animó a sus hijas a aprenderla.

Para el padre de Alitzel y Kelly es importante que ellas no solo canten en mixteco, sino que también aprendan a escribir y leer en la lengua originaria para que puedan enseñar a sus compañeros y así preservarla.

Saúl Velázquez lamentó que en el estado se perdieran las escuelas bilingües en las que se enseñaba a los niños a hablar, leer y escribir en las lenguas originarias; también que en las capitales de los municipios la discriminación inhiba el deseo de los menores por aprenderlas y preservarlas, así como el hecho de que la corrupción llevó a las autoridades a celebrar el Día de las Lenguas Originarias “por mero trámite” y no porque les interese preservar la cultura.

Alitzel y Kelly no han sido discriminadas por hablar y cantar en la lengua de sus padres, al contrario, la gente les aplaude, las motiva y les reconoce sus ganas de seguir adelante con su dueto. 

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