Rey Nocturno: se rompió una clavícula y una pierna pero no su pasión por las luchas

Texto:Carlos Navarrete Romero

Fotos: Dassaev Téllez Adame

Chilpancingo, Gro.

A Rey Nocturno se le ha roto la clavícula y una pierna, pero no la pasión. Su perseverancia y talento en el arte del pancracio lo han convertido en un elemento indispensable en las carteleras que la Lucha Libre AAA trae a Chilpancingo.

El capitalino tiene en su haber una máscara, una cabellera, un campeonato estatal (el primer chilpancingueño en conseguirlo), uno en parejas y ganó el torneo Reyes del Aire. En sus inicios fue reconocido como novato del año y, sin ser local, se convirtió en la revelación de Acapulco.

Pero el camino no ha sido fácil. Las fracturas lo han dejado fuera del ring por algunas temporadas y las secuelas de esas lesiones fueron decisivas para que no ascendiera a las ligas mayores.

Rey Nocturno conoció la lucha libre gracias a su padre, aficionado a ese deporte y quien lo llevó a sus primeras funciones como espectador.

A los 16 años comenzó a entrenar y seis meses después tuvo su debut. Había acudido como ayudante para instalar el ring en un festejo del Día del Comerciante en el mercado municipal de Chilpancingo, pero faltaban luchadores, por lo que su profesor decidió mandarlo al ruedo.

Para su primera pelea subió al ring con el nombre de Versátil y la máscara de otro luchador. Su desempeño dejó satisfecho al entrenador quien ese mismo día lo llevó a Tixtla para una segunda lucha. Ambas las perdió, pero ganó motivación suficiente para seguir entrenando y hacerse una carrera en este deporte.

“Yo nunca había luchado, sólo había entrenado, pero nunca me había puesto una máscara, unas botas, unas rodilleras, yo no sabía lo que me esperaba, pero es el sueño que todos en este mundo tenemos y le entré. El nerviosismo me invadió y más porque había mucha gente, sí cometí algunos errores, pero de ahí me fui puro hacia adelante”.

Por los riesgos que implica la lucha libre ocultó a sus padres durante dos años que ya estaba peleando.

Tres años después de su debut, durante una lucha en Iguala, sufrió su primera lesión grave que lo dejó fuera del ring por ocho meses: fractura en el hombro y clavícula. Tras recuperarse se reincorporó a sus entrenamientos y continuó luchando, cosechando éxitos y adquiriendo experiencia.

Su esfuerzo rindió frutos y logró llamar la atención de EAW, empresa propiedad de Lizmark Jr., siendo éste su primer acercamiento con las ligas mayores en la lucha libre mexicana. Pero su debut con EAW nunca llegó. En un entrenamiento previo a su primera pelea, que estaba agendada en Querétaro, se quebró el tobillo. Esa lesión lo dejó fuera del radar por un año.

“Ahí se me acabaron las esperanzas, me vine para abajo y quedé fuera por un año”.

Pero la pasión fue más grande, y tras recuperarse al cien por ciento regresó a sus entrenamientos. Entonces surgió otra oportunidad: Lucha Libre AAA abrió una convocatoria para contratar a nuevos rostros y Rey Nocturno buscó ser uno de ellos.
En total cinco guerrerenses, incluido él, buscaron un espacio en la AAA. Sin embargo las secuelas de sus dos lesiones le jugaron en contra. Sabía que podía dar más durante las pruebas, pero su cuerpo no se lo permitió y quedó fuera.

“Muchos luchadores me dijeron que esperaban más de mí, pensaban que me iba a quedar, que iba a ser mejor”.

Pero lo que pudo haber sido el fin de su carrera como luchador, se convirtió en una revelación. Ese tropiezo le sirvió para decidirse a crear su propia escuela de lucha libre de nombre Monstruo, ofreciendo su primera función en una calle de la colonia de El PRI, en Chilpancingo.

Pese a no haber llegado a las ligas mayores, Rey Nocturno se ha enfrentado a algunas estrellas de este deporte como Mr. Águila, Los Traumas, El Zorro, Mr. Niebla, Felino, Bandido, Hallowen, Lizmark Jr. y Cibernético.

Gracias a su condición física, a la espectacularidad de sus lances y su trayectoria, Rey Nocturno siempre es considerado en las carteleras que la Lucha Libre AAA presenta en Chilpancingo, además se ha convertido en uno de los enmascarados con mayor arraigo en la capital.

“Por a la lucha libre he conocido muchos lugares, Querétaro, Cancún, Pachuca, Oaxaca. A pesar de mis lesiones yo sigo en esto y voy a seguir, porque me gusta. Lograr lo que he logrado me ha costado muchísimo trabajo, años de entrenamiento, de sufrirle y ganarme un nombre”.

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