Fiscalía se niega a investigar como feminicidio la muerte de Nereida y su hija

Alina Navarrete Fernández/Chilpancingo

Nereida tenía 17 años cuando conoció a Lenin en el Campus de Tlapa de Comonfort del Centro Universitario Pacífico del Sur, entonces inició una larga relación en la que sufrió violencia física y psicológica, que terminó el 2 de junio pasado.

Ese día su cuerpo fue encontrado junto al de su pequeña hija, de apenas 3 años, se dijo que fue un suicidio, pero su familia está convencida de que ambas fueron víctimas de feminicidio.

Fuentes cercanas a la familia de Nereida revelaron a Réplica que, a pesar de contar con distintas pruebas de los abusos, golpes y maltratos que Nereida sufrió junto a Lenin, la Fiscalía General del Estado (FGE) no ha llevado a cabo la investigación correspondiente para descartar que las dos mujeres fueron asesinadas.

La Fiscalía Regional de la Montaña se encargó de las diligencias y aunque respalda la teoría de que se trató de un suicidio, abrió la carpeta de investigación por el delito de homicidio en contra de quien resulte responsable.

El caso ocurrió en la cabecera municipal de Tlapa de Comonfort, a principios del mes considerado hasta entonces como el más letal para Guerrero debido a que en junio se registraron 601 personas muertas por COVID-19 en el estado; entre ellas, Javier Gallegos Nava, quien estaba al frente de la investigación.

Nereida era la menor de seis hermanos. Por las condiciones debido a la pandemia, su familia se opuso a que su cuerpo y el de su hija fueran levantados por personal del Servicio Médico Forense (Semefo) debido a que de ser así, habrían sido trasladados a la capital, lo que significaría un gasto económico en ese momento, además de un riesgo de contagio por el viaje que tendrían que hacer.

A lo que no se opuso la familia fue a que los cuerpos fueran inspeccionados en la casa de la colonia Las Águilas donde fueron encontrados, para identificar signos de violencia física y sexual previos a su deceso; sin embargo, los agentes a cargo de las diligencias no realizaron los protocolos para casos de feminicidio, perdiendo varios indicios y evidencias.

Cuatro años de violencias

En el 2016, Nereida estudiaba y trabajaba como ayudante de cocina en la cafetería del Centro Universitario Pacífico del Sur, la entonces directora notó que era una chica inteligente y la motivó a que terminará sus estudios en dicha institución, ella aceptó.

Fue en los salones de clases donde conoció a Lenin, quien era diez años mayor que ella, él también era alumno.

Casi inmediatamente iniciaron un noviazgo y el 8 de agosto de ese año, en el primer novenario por la muerte de su padre, Nereida presentó a su pareja con su familia, que aceptó su relación. Meses después llegó la noticia de que estaba embarazada.

Al principio Lenin visitaba a Nereida cada tres días o cada fin de semana, después de que la pequeña hija nació, el 9 de mayo del 2017, su familia se hizo cargo de ambas, pero no tardó en cuestionar y exigirle al hombre que se hiciera responsable de su paternidad. Luego de varias discusiones, Lenin terminó por mudarse a la casa de Nereida, con su familia.

Él consiguió trabajo como encargado de bodega de la “Coca-Cola” en Atlixtac, Nereida lo apoyó en su traslado y con su renta. Cuatro meses después regresó y fue contratado en “Elektra” en Tlapa y volvió a instalarse en la casa de la familia.

Salía a las siete de la mañana y volvía pasadas las 8 de la noche; comenzó a llegar ebrio y discutía con Nereida, aseguraba y se justificaba alegando que su jefe lo invitada a tomar y no podía negarse.

Un día que Nereida lo esperaba afuera de su trabajo como habían quedado de acuerdo, un hombre lo confrontó exigiéndole que dejara de acosar a su esposa, Emma Regina; Lenin negó todo y aseguró que era la mujer quien lo buscaba. A partir de entonces, llegó la desconfianza a la relación de la pareja.

El 24 de diciembre de 2018, Nereida llegó enojada a su casa, discutió con Lenin y lo corrió, sus hermanos y su madre intervinieron, al final él se fue.

La joven regresó a su trabajo y anunció que no volvería con el padre de su hija, su familia la respaldó pero todo cambió a principios del 2019; Lenin llegó acompañado por su familia procedente de Xochiatenco, municipio de Malinaltepec.
Los padres del hombre y sus hermanas prometieron que él cambiaría, pidiendo perdón y les propusieron que se casaran, aunque Nereida se negó en un principio, la convencieron.

La boda la entusiasmó, sin embargo, meses después le informó a su familia que no se casaría, pues Lenin, en un aparente arranque de celos, la había golpeado y sangró.

Esa noche, Lenin dijo que si ella lo dejaba se mataría, luego volvió a irse de la casa y regresó acompañado de su familia que pidió perdón por él, convenciendo a Nereida de seguir adelante con sus planes. La boda se concretó en diciembre de 2019.

No pasó mucho tiempo para que Nereida volviera a hablar con su familia y sus amistades sobre los abusos de Lenin. Discutían frecuentemente, él le restringía el dinero que ganaba, retomó su costumbre de irse a tomar saliendo de trabajar; al llegar a su casa la denigraba y la golpeaba.

Una vez más, decidió separarse pero él la convenció de que rentaran una casa para formar su familia y prometió cambiar. Su familia no recibió bien la noticia, le preocupaba la situación de violencia y el hecho de que la pequeña hija era testigo de la violencia que su padre ejercía sobre su madre. Sin embargo, respetaron su decisión.

Ella visitaba a su madre con su hija, en abril contó que Lenin recibía mensajes una mujer llamada Cristal Aritzy y que sospechaba que su marido la engañaba, además de que no convivía con la pequeña. El 27 de mayo fue la última vez que visitó la casa de su familia.

2 de junio de 2020, el hallazgo

A las 12:56 horas del 2 de junio pasado, uno de sus hermanos se estuvo comunicando con Nereida, platicaron unos minutos y después ya no respondió. Horas después, Lenin llamó a su suegra para comunicarle que su esposa y su hija estaban muertas.

De inmediato, vecinos y familiares de Nereida acudieron al lugar, llenos de dudas, en el camino pasaron frente a la casa de Norma, una de las hermanas de Lenin, quien estaba barriendo el patio sin ser partícipe de lo que sucedía. Su sobrina de 3 años estaba muerta y no parecía importarle.

Nayeli, otra hermana de Lenin, fue la primera en llegar. Y sí, en el interior del cuarto yacían los cuerpos de Nereida y su pequeña hija, estranguladas. La televisión y la radio estaban encendidas, no había una silla, o algo cerca que indicara que Nereida se suicidó, cuenta su familia.

El primer testigo fue Lenin, quien aseguró que entre la una y las cuatro de la tarde fue al lugar y no las vio. Su relato y la escena que pudieron apreciar varias personas antes de que llegaron los peritos, tenían muchas inconsistencias.

Nereida nunca mostró signos de depresión, a pesar de la violencia que sufría, por esas fechas ya tenía planes de separarse definitivamente de Lenin, irse a vivir a otro lado con su hija, tal vez continuar con sus estudios, pero sobre todo quería alejarse del hombre que la agredía.

Su familia presentó pruebas de la violencia que Nereida sufrió los últimos cuatro años de su vida, está convencida de que no fue un suicidio y, de haberlo hecho, algo muy fuerte tuvo que haber pasado para que llegara a ese extremo; en cualquiera de los dos casos, aseguran que Lenin es el responsable y por lo tanto debe ser investigando.

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