Ángel Galeana/Chilpancingo
Integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) agredieron a las reporteras María Avilés Rodríguez del periódico El Sur, y Beatriz García Villares del periódico La Jornada, quienes realizaban una cobertura de sus actividades esta mañana en Chilpancingo.
Las dos reporteras cubrían una protesta que realizaban los maestros en las oficinas alternas del secretario de Educación estatal, Arturo Salgado Urióstegui, para exigir contratos de trabajo. En la manifestación comenzaron a realizar pintas en las paredes que Avilés Rodríguez intentó documentar con fotografías.
Un grupo de mujeres que participaban en la manifestación rodeó a la reportera, le quitaron el teléfono y la empujaron. Beatriz García narró que también fue impedida para realizar su trabajo por las maestras que no querían que se documentara la protesta.
Tras la agresión, el coordinador de gestoría laboral de la CETEG, José Manuel Venancio Santiago, se acercó a las reporteras agredidas para justificar que las maestras actuaron de esa forma porque están bajo estrés debido a que sus demandas no han sido atendidas.
Por estos hechos, reporteros de diversos medios acudieron a las instalaciones de la CETEG para exigir que respeten la libertad de expresión y que no cometan más agresiones contra la prensa. La manifestación de los periodistas fue para reclamar las acciones de violencia sin permitirles un diálogo.
Durante la manifestación lanzaron algunos huevos adentro del edificio, y gritaron consignas como “coordinadora represora” “no somos uno, no somos cien, CETEG vendida cuéntanos bien”, y “libertad, libertad a la prensa libertad”.
También colocaron cartulinas en la entrada del edificio en las que se leía “CETEG agresora”, “no más agresiones a la prensa”, “dime lo que criticas y te diré lo que adoleces, “respeto a la prensa”, y “exigimos respeto a la labor periodística”. Estas cartulinas fueron quemadas posteriormente.
Las agresiones contra la prensa en Guerrero, como en muchos estados del país, se han documentado por diversas organizaciones, las cuales han alertado sobre el riesgo de comunicadores.