Los derechos humanos ausentes del discurso en campañas

Hipólito Lugo Cortés tiene una licenciatura en Derecho, maestría en Ciencias, Área de Derecho Público, y estudios de doctorado en Derechos Humanos. Es visitador de la Oficina en Guerrero de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Fue secretario ejecutivo, secretario técnico, visitador general, y presidente del Comité para la Investigación de la Desaparición Forzada de Personas. También se desempeñó como presidente interino en la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero.

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Hoy terminan las campañas electorales y se abre un espacio para la reflexión del voto a emitirse este seis de junio, para elegir a los próximos representantes populares de los que destacan el cargo de gobernador o gobernadora de Guerrero.

Campañas en las que estuvieron ausentes el discurso y el compromiso por los derechos humanos de los aspirantes a la titularidad del Poder Ejecutivo del estado, salvo muy mínimas expresiones circunstanciales; ausencia que espero no se refleje en su Agenda pública.

No debemos de perder de vista que los regímenes que se jacten de ser democráticos, en primer lugar se deben basar en que existan elecciones transparentes y periódicas, y en segundo lugar, que privilegien los ideales o contenidos ético-políticos, entre los que se encuentran el respeto a los derechos humanos.

Sin duda que con el desarrollo del Derecho Internacional de los Derechos Humanos ha propiciado avances de los estándares para el cumplimiento de las obligaciones generales de los estados, para que asuman un compromiso serio con los derechos humanos, que forman parte de la esencia misma de la democracia.

Este compromiso que corresponde asumirlo precisamente al jefe de la Administración pública como titular del Poder Ejecutivo, que se cristaliza en un primer momento, en respetar los derechos fundamentales de las personas; y, enseguida, propiciar las condiciones para que durante su mandato en la vía de los hechos se derive en el ejercicio pleno de nuestros derechos.

Ojalá quien llegue a la gubernatura de Guerrero tenga una visión de estadista y la sensibilidad necesaria para incorporar en el plan de gobierno un programa de derechos humanos, con el objeto de que mediante políticas públicas se cumpla con el mandato del artículo 1o. de la Constitución política federal, que establece la obligación de las autoridades de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos reconocidos en ella y en los tratados internacionales firmados y ratificados por el Estado mexicano, así como a prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a éstos, para vencer los obstáculos y limitaciones que han enfrentado las víctimas para acceder, gozar y ejercer sus derechos humanos.

Resulta indiscutible que en Guerrero el reto pendiente es el garantizar los derechos humanos de los grupos en situación de vulnerabilidad históricamente discriminados como las personas adultas mayores, personas con discapacidad, de la comunidad LGBTTTIQ, así como los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas; el asegurar la atención a las víctimas directas e indirectas de desaparición forzada, de tortura, de trata de personas; el atender la violencia contra las mujeres y el desplazamiento forzado interno, etc.

Establecer una política pública de estado que brinde la capacitación integral a los servidores públicos, al ser los principales perpetradores de violaciones a los derechos humanos, para asegurar el cumplimiento de sus obligaciones en esta materia; incluso, lo aconsejable sería el establecer como obligatorio para quienes aspiren asumir un cargo público, el que tomen un curso propedéutico en derechos humanos; así como elaborar protocolos en esta materia, orientados a mejorar su actuación en el servicio público.

Así que, en estos cuatro días hay que reflexionar para ejercer con responsabilidad nuestro derecho a votar, estar pendientes del resultado de las elecciones y vigilar que quien resulte ganador o ganadora como gobernante, cumpla en el ejercicio del poder público con respeto escrupuloso de los derechos humanos.

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