Lupita Rodríguez Narciso, in memoriam

Hipólito Lugo Cortés tiene una licenciatura en Derecho, maestría en Ciencias, Área de Derecho Público, y estudios de doctorado en Derechos Humanos. Es visitador de la Oficina en Guerrero de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Fue secretario ejecutivo, secretario técnico, visitador general, y presidente del Comité para la Investigación de la Desaparición Forzada de Personas. También se desempeñó como presidente interino en la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero.

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Lamentablemente la líder María Guadalupe Rodríguez Narciso dejó de existir el pasado viernes 27 en Iguala, una gran defensora de los derechos humanos, impulsora de la búsqueda de desaparecidos, y lo más triste, fallece sin haber localizado a su hijo. Duele su partida… duele que a una madre le desaparezcan a su hijo en un contexto donde falla sistemáticamente el estado mexicano en garantizar la prevención del delito y la seguridad pública, para salvaguardar la vida y seguridad personal, no opera la debida diligencia en la investigación de las desapariciones y lejos está de alcanzarse el derecho de acceso a la justicia.

Conocí a la Lic. María Guadalupe Rodríguez Narciso hace seis años, me invitó a su casa en Chilpancingo donde charlamos sobre los hechos relativos a la desaparición de su hijo Josué Molina Rodríguez ocurridos el 4 de junio de 2014 en esa ciudad, sobre su peregrinar en busca de justicia y de que a partir de ese momento se dedicó de manera tenaz a su búsqueda, se enfrentó a una lacerante realidad como lo es la insensibilidad de los servidores públicos, al desinterés de las autoridades, a fiscales que no realizan investigaciones.

Todo lo anterior la motivó a la conformación del colectivo denominado “Padres y familiares de desaparecidos, secuestrados y asesinados de Guerrero y del País”, y emprendió un constante activismo por el derecho de acceso a la justicia y a la búsqueda de restos corpóreos en fosas clandestinas en diversos lugares del estado, las actividades más recientes las hizo en Acapulco y Chichihualco, habiendo ya localizado más de 130 restos que están en el SEMEFO para ser identificados.

Lupita estaba en desacuerdo con el gobierno federal al haberse eliminado los fideicomisos, y con ello se vieron afectadas las víctimas por la falta de apoyo oportuno con recursos económicos, de igual manera se inconformó por la falta de reconocimiento al trabajo que realizan las víctimas y colectivos, reclamaba la falta de resultados de los perfiles genéticos de los cuerpos que encontraron y de los nulos resultados en las investigaciones por esclarecer los hechos.

Se le miraba muy activa en las movilizaciones y protestas, locales y nacionales, recuerdo que me llamaba solicitando apoyo para que las acompañaran visitadores de la CNDH en sus movilizaciones en la Ciudad de México, o para gestionarle audiencias, o bien, cuando requería la presencia de médicos que las atendieran en los plantones que realizaba con otros colectivos en la SEGOB, Palacio Nacional o CEAV, en reclamo de apoyos, de justicia, ser escuchadas y atendidas.

Hacía firmes posicionamientos y reclamos, que se entienden no sólo por la desaparición de su hijo y el delito cometido, sino por la ausencia de respuesta efectiva de las autoridades; en una reunión con el Lic. Héctor Astudillo, Gobernador del estado, ante la impotencia de no ver avances en el tema, le mentó la madre, y en otra reunión, Mario Moreno Arcos le hizo el comentario de que estuvo mal faltarle al respeto al Gobernador y Lupita le contestó que Astudillo faltaba el respeto a las víctimas y que si era necesario, seguiría mentando madres.

En otra ocasión, en una movilización de colectivos de víctimas, al pasar por el edificio de la Comisión estatal de derechos humanos, en la explanada le reclamó al Lic. Ramón Navarrete, entonces Presidente de este organismo, de estar del lado del gobierno, quien esbozo una sonrisa y la reacción de Lupita no se hizo esperar, y de frente, le reprochó que no se riera de las víctimas, que merecen su respeto y atención, que debería estar acompañándolas y no riéndose…así era Lupita!!!

De acuerdo con los colectivos de desaparecidos, Guerrero ocupa el nada honroso tercer estado del país con más personas no localizadas, registra de 2015 a la fecha 4,747 desaparecidos, de los cuales 3,443, no han sido localizados y la cifra va en aumento; lo que resulta acorde a lo también declarado este pasado lunes por el subsecretario de derechos humanos Alejandro Encinas, al señalar que al finalizar este año 2021, se podría llegar a los cien mil desaparecidos, si continúa la tendencia de crecimiento en el número de reportes, -sombrío panorama-, refirió que hay avances en la identificación de los restos humanos, que se están inaugurando fiscalías de desaparecidos; esto durante una exhibición fotográfica en el recinto cultural Los Pinos, como acto de reconocimiento de la lucha incansable de las madres buscadoras de todo el país, “Estos rostros que ves. Mujeres que buscan”.

Es necesario que el estado mexicano supere la asignatura que tiene pendiente con las víctimas de desapariciones -sea forzadas o las cometidas por particulares- y sus familiares, ese déficit de acceso a la verdad y justicia, falta un serio involucramiento en la búsqueda de los desaparecidos, responsabilidad que se ha dejado de lado, al grado de que son los propios familiares de las víctimas quienes emprenden estas acciones, como el en caso de Lupita, las cuales en esencia corresponden a las autoridades, pero incurren en omisión que evidencia una violación a los derechos humanos; sin duda que las cosas tienen que cambiar.

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