Activista jubilada de la UAGro se instala en huelga de hambre en Rectoría

Alina Navarrete Fernández/Chilpancingo, Gro.

La activista jubilada de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), Roberta Campos Adame, inició una huelga de hambre frente a la oficina del rector José Alfredo Romero Olea, en Chilpancingo, para exigir un pago salarial que la Administración Central le debe desde el 2016.

Acompañada por integrantes de las corrientes políticas opositoras al Grupo Universidad por Guerrero, Roberta Campos instaló una casa de campaña en uno de los pasillos de la Rectoría, frente a la oficina de Romero Olea, este martes al mediodía.

Explicó que la manifestación se debe a que la Administración Central de la UAGro no ha cumplido con su deber de pagarle el 100% de su salario una vez jubilada, pero “lo más vergonzoso para mí es que la administración me está proponiendo que yo desista de una demanda que tengo desde hace 15 años porque se restituya la cláusula 13 del Contrato Colectivo de Trabajo”.

Dicha cláusula establece que el 50% del pago para jubilados le corresponde al ISSSTE y el otro 50% a la Administración Central de la UAGro.

“Hoy la Universidad de Guerrero pretende quitar ese derecho que tengo a que me paguen el 100% de mi salario después de jubilada, esa fue la razón de que me instalara en huelga, hay más de 700 trabajadores que estamos en espera de que ya se gane esta demanda en contra de la Administración Central y se cumpla con esa cláusula que quitaron del Contrato Colectivo de Trabajo”, dijo.

En ese sentido, añadió que está consciente de que a sus 65 años de edad “no tengo la energía que tuve hace 30 años que realicé la primera huelga (de hambre) por la presentación con vida del maestro Gregorio Alfonso Alvarado López. Hoy a 30 años, ha sido otro de los recursos porque 6 años me di la vuelta en esta administración para que me respondieran, haciendo el reclamo de ese pago que hace falta en mi familia que hace falta en mi casa”.

“Ante los oídos, sordos ante la indolencia, ante la apatía, ante la omisión de qué son los derechos tanto humanos como laborales en esta Universidad, he decidido plantearme esta huelga de hambre. Yo tengo la confianza de que podré resistir y de que de aquí voy a salir solamente con el 100% del pago de mi salario”, sentenció.

Finalmente, Roberta Campos responsabilizó a Romero Olea por el quebranto de su salud y lo que le pudiera suceder. “No le estoy pidiendo que me regale nada, sólo le estoy pidiendo que me regresen los seis meses de salario que me descontaron cuando me jubilé, esa es la petición por la que yo estoy también aquí”.

Por otra parte, Roberta Campos se solidarizó con los empleados del Instituto Estatal para la Educación de Jóvenes y Adultos de Guerrero (IEEJAG) y pidió a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda que los atienda, que “deje de seguir ocasionando problemas a los trabajadores y que escuchen a los compañeros (…) que no haya este doble discurso de puertas abiertas y las puertas se cierran”; demandó que se tiendan los “canales del diálogo” para resolver los problemas de los distintos sectores sociales.

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