Ángel Galeana/Chilpancingo
Hasta cuatro horas de fila tienen que hacer quienes pretenden comprar pollo en la única pollería que funciona con normalidad en Chilpancingo, tras el cierre de los locales en el mercado central Baltazar R. Leyva Mancilla.
En otros casos van a muncipios como Tixtla, Chilapa o hasta Iguala para conseguirlo, principalmente quienes los necesitan para negocios, como venta de antojitos.
Por tercer día consecutivo permanecen cerradas todas las pollerías en el mercado central. En los puestos solo están los mandiles de los trabajadores que colgaron desde el domingo pasado, tras el asesinato de seis personas en la comercializadora ubicada en las inmediaciones de Petaquillas ocurrido el pasado sábado.
A diferencia del domingo, en un recorrido realizado esta mañana no se vio a policías en la nave tres resguardado los comercios, solo patrullas afuera del mercado.
En el mercado de San Francisco están abiertas 2 de 4 pollerías pero tienen poco producto. El precio está alrededor de 200 pesos. La única pollería que funciona con normalidad está frente a este mercado, sobre la calle Juan Ruiz de Alarcón, y vende a 175 pesos.
En este lugar las filas empiezan desde las 6 de la mañana. El señor Antonio Ortiz dijo que llegó a esa hora a formarse y salió alrededor de las 10 de la mañana con 3 pollos. Aseguró que el precio se ha mantenido y lo difícil es conseguirlo.
Él se dedica a la venta de pollo en un pequeño comercio, y ha tenido que hacer grandes filas para adquirirlo. Dijo que otras personas se trasladan a Tixtla o a Iguala para comprarlo pero él prefiere hacerlo en Chilpancingo para no exponerse a otros hechos de violencia.
La joven Rebeca Hernández llegó a las 7 de la mañana y se fue alrededor de las 10 de mañana sin pollo. Se acabó poco antes de que le tocara ser atendida. Informó que necesita comprar para una comida que tiene programada esta tarde, por lo que se iría hasta Chilapa a conseguirlo.
Entrevistada en el mercado Baltazar R. Leyva Mancilla, la señora María del Socorro García dijo que ha parado su venta de antojitos mexicanos en el barrio de San Mateo por falta de pollo.
Desde el domingo que cerraron las pollerías en el mercado dejó de vender, y ahora buscará otra forma de tener ingresos.
De acuerdo con los ciudadanos, la escasez de pollo es en varios puntos de la ciudad y no solo en el mercado central como afirmó ayer la alcaldesa Norma Otilia Hernández.