José Isaid León Rodríguez es licenciado de nutrición y ciencia de los alimentos con maestría en ciencias de la educación. Se ha desempeñado como asesor nutricional del equipo de división profesional Los Avispones de Chilpancingo. Ha sido conferencista a nivel nacional e internacional en temas de nutrición en la infancia y adolescencia, y coordinador del consultorio de nutrición Equilibrato. Nutriólogo capacitador del personal de la Secretaría de Salud en Guerrero, y docente en la Universidad Autónoma de Guadalajara en el área de nutrición del deporte
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La depresión es un trastorno de la salud mental común con un importante factor de riesgo de suicidio, que a su vez es una de las principales causas de muerte en adultos jóvenes.
De acuerdo con las cifras más recientes de INEGI, en 2021 fueron reportados en el país 1 millón 93 mil 210 fallecimientos, de los cuales 8 mil 351 fueron por lesiones autoinfligidas. Esto representa una tasa de suicidio de 6.5 por cada 100 mil habitantes y, al parecer, son los hombres quienes más acaban con su vida. Se habla que en una década en México el suicidio aumento un 32%. El suicidio es la cuarta causa de muerte en la población de 15 a 29 años.
Existen muchas razones por las que científicamente pensamos que la comida afecta al estado de ánimo. Por ejemplo: alrededor del 90% de la serotonina, una sustancia química que nos ayuda a sentirnos felices y tranquilos, es producida en nuestro intestino por nuestros microbios intestinales. También es importante mencionar que se ha observado a través de diferentes estudios científicos que estos microorganismos pueden comunicarse con el cerebro a través del nervio vago, en lo que se llama el eje intestino-cerebro. Para que los microorganismos sean benéficos, tenemos que tener una dieta rica en fibra, que esta se encuentra en las verduras, frutas, cereales integrales, leguminosas.
Una dieta saludable ayuda a mejorar significativamente los síntomas de depresión en los jóvenes, según reveló un estudio publicado en el “American Journal of Clinical Nutrition”. La investigación principal de este estudio realizado por la Universidad Tecnología de Sídney (Australia), se trata de un ensayo clínico aleatorio que evalúa el impacto de la dieta mediterránea en los síntomas de la depresión en jóvenes.
La dieta utilizada en este estudio era rica en verduras de colores como pimientos o jitomate; leguminosas y cereales integrales, pescado azul, aceite de oliva, frutos secos como nueces y almendras, y baja en sodio. Durante este estudio fue sorpresivo que los jóvenes accedieran a cambiar radicalmente su dieta. Los asignados a la dieta mediterránea fueron capaces de cambiar significativamente sus datos originales, bajo la guía de un nutriólogo, en un corto periodo de tiempo. Es por ello que se sugiere que los médicos y psicólogos deberían considerar la posibilidad de remitir a los jóvenes con problemas de depresión con la asesoría de un nutriólogo.
Este estudio contribuye al campo emergente de la psiquiatría nutricional, cuyo objetivo es explorar el efecto que pueden tener determinados nutrientes, alimentos y patrones dietéticos en la salud mental. Sin duda un tema interesante para futuros trabajos de investigación y tesis.
Uno de los objetivos principales de este estudio era aumentar la calidad de los alimentos en la dieta y reducir la ingesta de comida rápida, azúcar refinada y embutidos o carnes procesadas.
Aproximadamente el 30% de los pacientes deprimidos no responden adecuadamente a los tratamientos estándar para el trastorno depresivo mayor, como la terapia cognitivo-conductual y los medicamentos antidepresivos, pero surge la interrogante de ¿qué pasaría si se combina con algún tratamiento nutricional? Lo más probables es que estas personas puedan tener mejores resultados. Es importante crear esta alianza multidisciplinaria para combatir este terrible padecimiento que puede ayudarnos a salvar muchas vidas.