Panorama de tratamientos empleados en el cáncer de mama

Marco Allán Pérez Solis es Biólogo Experimental, Maestro en Biología Experimental y Doctor en Ciencias Biológicas y de la Salud por la Universidad Autónoma Metropolitana. Actualmente es Investigador de la Unidad Médica en Medicina Reproductiva del Hospital de Gineco-Obstetricia No. 4 del IMSS en CDMX. Ha conducido y participado en proyectos de investigación enfocados en la regulación transcripcional de genes asociados con el desarrollo y progresión del cáncer de mama.

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La proliferación aumentada, desordenada y sin control de células que forman parte de los tejidos lobulares o ductales en la glándula mamaria, es una anomalía que caracteriza a la enfermedad oncológica denominada como cáncer de mama y es causada por la alteración de genes que regulan la división de las células. Desde sus primeros registros en el Egipto antiguo hasta la fecha, esta enfermedad ha sido tratada mediante la eliminación de las masas tumorales generadas por las células cancerosas a través de métodos cauterizantes o quirúrgicos. Sin embargo, el éxito de este tipo de tratamiento depende en gran parte del avance que el tumor haya alcanzado en el organismo al momento de su detección. Esto es debido a que las células de tumores avanzados adquieren atributos que les permiten evadir al sistema inmune y dispersarse a otros órganos distantes. Tomando en cuenta que la diseminación de un tumor complica su tratamiento, Emil Grubbe en 1896 y Louis Goodman 1946 dieron inicio al uso de la radioterapia y quimioterapia, respectivamente; como procedimientos alternativos en la búsqueda de tratamientos sistémicos que contribuyeran a la remisión de patologías oncológicas avanzadas.

Aunque actualmente estas terapias han sido modernizadas en varios aspectos aplicativos para su optimización; los efectos secundarios y riesgos aunados tanto a las emisiones radiactivas como a las sustancias químicas empleadas para la quimioterapia, continúan siendo un desafío para los pacientes que deben someterse a estos tratamientos. En las últimas décadas, los tumores de cáncer de mama, han sido clasificados en subtipos de acuerdo a los compuestos que en sus células se producen específicamente durante y a favor de su desarrollo. Esto ha permitido un progreso importante para el diseño de tratamientos más específicos, amables y acordes a las necesidades clínicas de aquellos pacientes con riesgos de recaída o de metástasis.

Entre estos tratamientos está la terapia hormonal, que se caracteriza por la utilización de fármacos antiestrogénicos tales como: tamoxifen, toremifeno y fulvestran.  Estos medicamentos actúan inhibiendo la proliferación causada por las hormonas estrogénicas en las células tumorales que aún conservan la capacidad de captar estas hormonas. También es posible administrar algunos otros medicamentos tales como el letrozol o sus análogos, que suprimen la producción de las hormonas estrogénicas en el tejido adiposo. 

Por otro lado, los pacientes con tumores que tienen un crecimiento altamente dependiente de factores de crecimiento, son tratados con terapia inmunodirigida. Esta terapia consiste en la administración de anticuerpos diseñados para producir un efecto terapéutico únicamente en aquellas células que pueden captar estos factores de crecimiento. Esto consecuentemente detiene la proliferación de las células malignas y promueve su eliminación a través del sistema inmune. El trastuzumab, pertuzumab y margetuximab son algunas de las inmunoterapias que actualmente se emplean para el tratamiento de este particular cáncer de mama denominado como HER2 positivo. Otra terapia alternativa que se ha diseñado más recientemente para estos pacientes con cáncer de mama HER2 positivo, son los conjugados de estos anticuerpos con alguno de los fármacos empleados para quimioterapia como el deruxtecan y mertansine (o su derivado emtansine). Estos conjugados permiten que el efecto del agente quimioterapéutico sea más amable con los pacientes, ya que el tratamiento es captado solamente por las células HER2 positivas y no de forma sistémica como en la quimioterapia convencional.

 A pesar de los avances que la investigación en el cáncer de mama ha logrado para su detección oportuna, desafortunadamente otros factores socioculturales aún mantienen una tasa importante de pacientes con cáncer de mama avanzado. Por lo general, los tumores de estos pacientes, que por sus características se les ha denominado como Triple Negativo, ya no pueden ser tratados a través de las estrategias terapéuticas antes mencionadas debido a que las células tumorales han cambiado tan radicalmente, que han dejado de producir las proteínas receptoras que permiten la captación de dichos tratamientos. En los últimos años, se ha desarrollado y probado una terapia inmunodirigida para varios tipos de cáncer sólidos avanzados, entre los que está incluido el cáncer de mama Triple Negativo. Dado que estos tumores en etapas avanzadas producen abundantemente la proteína de señalización llamada Trop-2, se ha producido el conjugado de un anticuerpo que se une específicamente a esta proteína y el agente anticancerígeno irinotecan. Aunque esta nueva formulación, comercialmente conocida como sacituzumab-govitecan o trodelvy, tiene la desventaja de presentar una mayor frecuencia de efectos adversos en comparación a la quimioterapia administrada a pacientes de cáncer de mama avanzado, también ha demostrado ofrecer una sobrevivencia global sin progresión del cáncer significativamente mayor que en la quimioterapia que habitualmente se emplea en estos casos.

Es importante que los pacientes tengan conocimiento de cuáles son las alternativas de tratamiento para cada subtipo de cáncer de mama, para que puedan formar criterio de las ventajas y desventajas que se pueden obtener de cada uno. Y de manera general, debemos tomar en cuenta que aun cuando los avances en este campo han venido desarrollándose con rapidez en los últimos años; la detección y tratamiento oportuno del cáncer de mama y de otros tipos, siempre tendrá un mejor pronóstico que un tumor tratado tardíamente.  Por lo que las revisiones médicas periódicas, sobre todo en la población con factores de riesgo, debe ser un aspecto primordial en nuestro estilo de vida.

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