Efectos del COVID-19 en la fertilidad

Mayel Chirinos Espin es Licenciada en Biología por la Universidad Simón Bolívar (Caracas, Venezuela) y Doctora en Ciencias por la Universidad Autónoma de Madrid (España). Desde hace más de 20 años se desempeña como investigadora en el Departamento de Biología de la Reproducción del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (CDMX), donde dirige proyectos de investigación relacionados con la fisiología del espermatozoide y la fertilización en humanos. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores y tutora de maestría y doctorado en varios programas de la UNAM y la UAM.

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Más de tres años después de declarada la pandemia de Covid-19, finalmente la Organización Mundial de la Salud ha dado por concluida de forma oficial la emergencia sanitaria global derivada de la misma. Es un hecho constatado que los contagios han disminuido a nivel mundial.

Sin embargo, aunque en menor proporción que al principio, siguen habiendo personas que se infectan con las diferentes variantes del virus, y aunque los casos de complicaciones graves y la mortalidad han bajado de forma notoria, no debemos olvidar que para aquellas personas más susceptibles las consecuencias han sido y pueden seguir siendo devastadoras.

Aunque los efectos más dramáticos y peligrosos de la infección por SARS-CoV-2 se ubican en órganos clave para el soporte vital, como son los pulmones, este virus también puede afectar la salud reproductiva.

De acuerdo con datos del INEGI, la tasa de nacimientos registrados en México descendió de forma pronunciada en el año 2020, cuando se declaró la pandemia. Las causas del descenso durante el 2020 pueden estar relacionadas con las medidas de aislamiento y prevención que se tomaron para evitar la propagación de los contagios, pero también es posible que el virus haya afectado órganos del aparato reproductor masculino y femenino en las personas que se contagiaron en ese momento, y que eso haya afectado su fertilidad.

La proteína ACE2 que el virus utiliza como llave para entrar a las células e infectarlas se encuentra presente en gran abundancia en testículo, epidídimo y vesículas seminales en el hombre y en ovario, trompas de Falopio y útero en la mujer.

Debido a esto, a nivel mundial se han llevado a cabo investigaciones destinadas a evaluar el posible impacto de la infección por el virus en la fertilidad. Por ejemplo, se ha visto que pacientes masculinos que se contagiaron con Covid-19 presentaron parámetros alterados en la calidad de su semen hasta 60 días después de haber sido dados de alta por la enfermedad.

Esto puede estar asociado a que la infección por el virus trae como consecuencia una disminución en los niveles de testosterona, hormona fundamental para el correcto funcionamiento de los testículos y la producción de espermatozoides, todo lo cual puede repercutir negativamente en la capacidad de los hombres de reproducirse, al menos temporalmente.

Por su parte, las mujeres también podrían verse afectadas en su capacidad de embarazarse. De hecho, se ha reportado que las mujeres que se han contagiado con el virus y han desarrollado cuadros clínicos de moderados a severos presentan alteraciones claras en su ciclo menstrual, y estos efectos pueden durar varios meses.

Adicionalmente, la proteína ACE2 también está presente en la placenta. Aún no está del todo claro si el virus impacta de forma directa (debido a una infección en la placenta) o indirecta (como consecuencia de sus efectos globales en la salud materna) sobre el embarazo, pero los datos recopilados hasta ahora indican un incremento en la incidencia de abortos y partos prematuros en las mujeres embarazadas que se contagiaron de Covid-19.

Esto apunta a que si una mujer embarazada se contagia con el virus, tiene menores probabilidades de que tenga un embarazo a término y sin complicaciones.Gracias a los programas de vacunación masiva contra este virus, han disminuido los casos de infección con cuadros clínicos graves y, por lo tanto, su impacto en la salud general y reproductiva en la actualidad es bajo.

Sin embargo, es prudente que las parejas que se encuentran en la búsqueda de tener descendencia y las mujeres gestantes mantengan las medidas de prevención necesarias para disminuir el riesgo de contagios que puedan comprometer su fertilidad.

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