Alberto Gómez/Chilpancingo
Este martes, pobladores de Mezcala que se dedican a la pesca de Mojarra, Bagre y Langostino cumplieron 10 días sin trabajo luego de la desaparición de 4 de sus compañeros, de los cuales, sólo uno regresó.
Las lanchas varadas a la orilla del Río Balsas, uno de los ríos más grandes del país, se encuentran solas desde el pasado domingo 16 de julio cuando cuatro pescadores salieron a pescar, como lo hacían todos los días para llevar el sustento a sus familias, pero ya no regresaron.
Guadalupe Bautista, Carlos Silva, Ángel Cabrera y Ángel Esauly Cabrera, estos dos últimos padre e hijo, desaparecieron en la barranca El Cangrejo, en el Río Balsas, presuntamente levantados por un grupo del crimen organizado.
De ese día a la fecha, los pescadores no han podido reanudar sus actividades, lo que ha generado una pérdida de ganancias qué superan lo 100 mil pesos, según los propios afectados.
Ante esa situación, este mediodía los pescadores comenzaron a retirar alrededor de unas 50 lanchas del lugar porque dicen, no hay condiciones de trabajo.