Renato Mateo Amaya Álvarez Licenciado en Finanzas y Maestro en Administración. Empresario y Ambientalista.
«¿Quieres hacer reír a Dios?, cuéntale tus planes”. No recuerdo exactamente en donde escuché esa frase, pero por alguna razón se quedó grabada en mi cabeza.
No importa qué hagamos, siempre hay circunstancias extraordinarias que hacen que todo lo que hemos planeado cambie de manera dramática.
Lo anterior se hila con el actual contexto político y económico mexicano. Tal parece que a todos los presidentes de México se les aparece el que llamamos en finanzas un “Cisne Negro”, ese acontecimiento que cambia por completo las circunstancias y altera los planes en los que se han trabajado por tanto tiempo.
Para muestra basta un botón: a Felipe Calderon le tocó la crisis inmobiliaria del 2008 la cual provocó una caída del 8% en el PIB al año siguiente.
A Enrique Peña Nieto le tocó la masacre de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, lo cual provocó una caída estrepitosa en sus índices de popularidad y comprometió en gran medida su capacidad de articulación política por el resto de su mandato.
Ahora con Andrés Manuel López Obrador como Presidente, nos tocó una pandemia de dimensiones dantescas que hasta hace unos cuantos meses nadie, absolutamente nadie, hubiera creído que paralizaría al mundo entero.
Para colmo de males ese Cisne Negro venía con una “torta bajo el brazo”. Esa torta fue la nunca antes vista caída en los precios del Petróleo.
Van de la mano, para los que no tienen un conocimiento en temas de economía, básicamente se resume en los siguientes actos:
Acto no. 1. China declara confinamiento obligatorio de la población, cerrando fábricas y, por lo tanto, dejando de consumir petróleo en el orden de los 6 mil millones de barriles diarios.
Acto no. 2. Los principales productores de petróleo se reúnen en Viena a principios de marzo. Esto para ajustar su producción y así nivelar el precio del barril.
Acto. No. 3. Los productores NO se ponen de acuerdo
Acto. No. 4. Arabia Saudita incrementa su producción (ya que ahora necesita vender mas a menor precio para mantener su nivel de gasto, en el orden de 2.5 millones de barriles diarios extras), esto provoca una sobre oferta que “tumba” el precio del barril por debajo de los 30 dólares (WTI).
Acto. No. 5. México tiene 4 entradas principales de dinero, la primera son las exportaciones agroindustriales, la segunda son las remesas internacionales, la tercera son las exportaciones de crudo y la cuarta es el turismo. De golpe tres de las cuatro llaves cerradas y con la misma cantidad de gente queriendo acceder al manantial.
¿Mala suerte?, ¿destino manifiesto?, ¿cisne negro? Da igual. Hoy mas que nunca debemos mantenernos juntos y trabajar de la mano si es que queremos salir de esta vivos
…Y no, Obrador no bajó el precio de la gasolina.