Ángel Galeana/Chilpancingo
El obispo de la Diócesis Chilpancingo -Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, señaló que cancelaron la apertura de las catedrales de Chilpancingo y Chilapa para proteger la seguridad de los feligreses, además de que recibió peticiones de los alcaldes de ambos municipios para que se reconsiderar la decisión.
El domingo pasado el obispo anunció que este domingo 14 de junio se reabririan solo las catedrales pertenecientes a la Diócesis, al considerar que la Iglesia es «el gran consuelo y apoyo de las gentes» en tiempos complicados como la pandemia
Sin embargo, este viernes declaró vía telefónica que han tomado la decisión de cancelar la reapertura ante las condiciones que persisten de contagios de coronavirus en Guerrero.
«Hemos decidido no abrirlas, por lo pronto, debido a estas peticiones del Gobierno, de parte de otras personas, para evitar problemas y sobre todo la seguridad de las gentes pero, en cuanto nosotros podamos estamos con esa intención de abrir las Iglesias», comentó.
El líder católico resaltó que las autoridades permiten la apertura de los mercados con mucha laxitud y consideró que la fe es una actividad esencial, debido a que la población tiene derecho de escuchar la palabra de Dios.
El obispo indicó que se comunicaron con él los alcaldes de Chilpancingo, y Chilapa, Antonio Gaspar Beltrán y Jesús Parra García, para solicitarle que las catedrales de ambos municipios se mantuvieran cerradas.
Por otro lado, dijo que el cierre de tres meses ha afectado en los ingresos económicos de la Iglesia, llegando al grado de considerar una crisis al igual que el sector empresarial.
Recordó que los sacerdotes y los empleados de las iglesias se mantiene de las limosnas que dan los feligreses, pero por la pandemia llevan tres meses sin ingresos.
De que sí existe esa crisis económica, hay que apechugar esa situación, es lo que podemos hacer, como digo, hay oersonas conscientes, a mi en lo personal también me ha ayudado una que otra persona a subsistir, y eso es bueno».
Rangel Mendoza aclaró que la Iglesia no ha despedido a empleados, pero sí han tenido dificultades para realizar pagos de nómina.